Uno de los próceres de la Independencia de Venezuela, natural de Ortiz, fue el Comandante Roso Vilera. Peleó en el ejército de José Antonio Páez, en Carabobo; y casó con la nieta de una prima del escritor costumbrista venezolano Daniel Mendoza, también nativo del pueblo de Casas Muertas. Su consorte se llamó Juliana Moreno Hurtado.
Por José Obswaldo Pérez (1)
La vida y las actuaciones del Comandante Roso Vilera se sumergen en unas breves líneas de su Hoja de Servicio como Ilustre Prócer de la Independencia de Venezuela. Este joven llanero se convirtió en una importante figura militar nativa de Ortiz. Aunque no sabemos con claridad en qué año nació ni quiénes fueron sus padres. Sin embargo, se señala que fue hijo natural de María Antonia Vilera. Fue hombre de lanza y heroísmo. Desde 1812 formó parte del afamado Escuadrón de Ortiz, conformado por jóvenes orticeños que respondieron al llamado del cumplimiento del decreto de la Ley Marcial y las instrucciones del general Francisco de Miranda, llamado el generalísimo y comandante en jefe de las tropas patrióticas del país. Dicha convocatoria consistió en reclutar varones entre trece y sesenta años de edad para incorporarse al Ejercito Libertador.
Se trataba de un batallón de lanceros de la “mejor gente” lugareña de Ortiz. Contó con fuero de guerra y fue organizado y entrenado por el sargento José Manuel Olivares, bajo las órdenes del Coronel Luis Santinelli. Estaba conformado por unos 50 hombres aguerridos y patriotas. El brigadier español Domingo Monteverde y Eusebio Antoñanzas los acusó de “insurgentes” y quizás sea esta la razón porque Ortiz pagó con sangre su afrenta al ejercito realista con la toma de la localidad en 1812. Un hecho de la Guerra Magna en nuestra jurisdicción guariqueña que tiene una gran importancia historiográfica por la postura colectiva de sus habitantes frente al conflicto bélico. Dos años antes, La Gaceta de Caracas anunciaba que los pueblos del Guárico se habían abrazado a la causa independentista. Después vinieron las retaliaciones y muchos fueron los sacrificados.
Cuando Ortiz ardió en llamas, por provocación de las fuerzas realistas, era este pueblo distrito, perteneciente a la Villa de Todos los Santos de Calabozo o el llamado Cantón Sur del Departamento San Sebastián de los Reyes, tal como lo expresaba la primera Constitución venezolana, sancionada el 31 de enero de 1812. Precisamente, la población estaba floreciente y su crecimiento demográfico desde 1780 a 1813 era ascendente. Para esta última fecha, alcanzaba aproximadamente 2.000 habitantes, la cual estaba discriminada de la siguiente manera: 58% era gente blanca, 19 % mestizos (entre indios y negros), 15% pardos libres y 8% esclavos.
De ese universo étnico son aquellos hombres integrantes del Escuadrón de Ortiz pertenecieron a una geografía rural, cuyo paisaje albergaba el crisol de la insurgencia contra la opresión española. De una toponimia agraria basada en una estructura
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Licenciado en Comunicación Social por la Universidad Central de Venezuela (UCV) y Magíster en Historia de Venezuela (Universidad Rómulo Gallegos, UNERG).Es doctor en Ciencias de la Educación por esta misma Casa de Estudios. Docente del Programa de Medicina de la UNERG.
monoproductora, sustentada en la explotación de peones en los hatos y haciendas ganaderas. Entre estos individuos se citan a los hermanos Mujica, Santos Utrera, Miguel Antonio Pérez, Manuel Maldonado, Policarpio Díaz, Francisco Salgado, José Francisco Ramos (Capitán de Caballería), Antonio Mariam (Celador de Alta Policía), José Francisco Rodríguez, Evaristo Montenegro, Vicente Pérez, Remigio Tovar, León Ochoa, Vicente González, Antonio Tovar y otros. Todos naturales de Tigüigüe, Mesa de Paya, Los Cartoncitos, El Roble, Las Patillas, Puepe, Mapire, San Antonio y Cañafistula (Alfonzo, 1982; pp.21-22).
Roso Vilera debió ser de Mesa de Paya. Apellido que se funda mediado del siglo XVIII, en el Paya Abajo – recuérdese que existía Paya Arriba, en la actual Parapara-. Después de la pérdida de la primera República en manos del generalísimo Miranda, Vilera se alistó en el ejército del general José Antonio Páez. A su lado participa en la campaña libertadora del centro con ímpetu de luchador hasta el año 21, cuando llegó a la Batalla de Carabobo. En su participación militar logró conquistar el grado de Capitán. Más tarde, en Valencia, el 28 de noviembre de 1826, obtiene el grado de Teniente Coronel, graduado en Caballería (Dávila, 1924).
En julio de 1835, Vilera es uno, entre los orticeños, que acude con el Escuadrón al Hato San Pablo -en la jurisdicción de Ortiz-, propiedad del expresidente y general Páez, donde el Centauro lanza una proclama para enfrentar a los militares que se rebelan contra el poder civil del presidente José María Vargas, en la conjura conocida como la Revolución de las Reformas (Rodríguez, 1994; p.84; Arráiz, 2007; p.32). Desde este hato, Páez se puso en marcha para dominar la situación y restablecer el hilo constitucional. Por ello, el gobierno de Carlos Sublette, el 25 de abril de 1837, lo asciende a primer Comandante con mando en dicho escuadrón. Más tarde, el 12 de abril de 1839, en el segundo gobierno Páez le concedió letras de retiro con goce de sueldo.
El Comandante Vilera contrajo matrimonio en la Iglesia Parroquial de Santa Rosa de Lima de Ortiz, el 17 de septiembre de 1823, con Juliana Moreno Hurtado, hija legítima de Dámaso Moreno Mendoza y Rosa María Hurtado. Su mujer era nieta por línea paterna de doña Micaela Mendoza y Ramos, madre de Dámaso y hermana de José del Sacramento Mendoza y Ramos, padre del poeta y escritor costumbrista venezolano Pedro Daniel Mendoza García, también nacido en Ortiz, y mejor conocido como Daniel Mendoza (1823-1870), autor de "El Llanero en la Capital", publicado en el folleto Flores de Pascua, en 1846.
Entre los hijos de la pareja Vilera-Moreno cuenta con Rita Vilera Moreno, quien casó en la Iglesia Parroquial de Santa Rosa de Lima de Ortiz, el 6 septiembre de 1847, con su pariente Antonio Moreno Sierra, hijo de Juan José María de la Concepción Moreno y de Dolores Sierra. Antonio muere en la Parroquia Santa Rosa de Lima de Ortiz, el 20 de enero de 1857 y doña Rita lo hace en 1861, dejando huérfanos a tres hijos aún pequeños: Evarista, Ana Julia y Adolfo Moreno Vilera.
La mayor de los Moreno Vilera, doña Evarista- nieta de Roso Vilera- esposó en la Iglesia Parroquial de Santa Rosa de Lima de Ortiz, el 18 de junio de 1869, con Fernando Antonio Rodríguez Vargas, hijo de Aniceto Rodríguez Vargas y de María de Jesús Vargas. De esta pareja surge la prodiga familia Rodríguez Moreno, donde provendrán dos figuras destacadas del Ortiz contemporáneo: Nicanor y Arturo Rodríguez, ya fallecidos.
Evarista murió el 8 de septiembre de 1924, a la edad de 80 años, viuda. Fue sepultada en el Cementerio General de Ortiz, con solemnidad y con la Extremadura oficiada por el párroco Francisco Javier Peña. Sobre sus hermanos, sabemos que Ana Julia contrajo matrimonio con Ramón Loreto Pérez, hijo de José de Jesús Loreto Pérez y María Escolástica Pérez López; y de Adolfo aún desconocemos datos de su vida.
En la Casa de los Rodríguez-Moreno – en la vieja Casa de Baranda, ubicada en la Calle del Ganado o Calle del Llano (hoy avenida Dr y Gral Roberto Vagas)- las hazañas de la Guerra de la Independencia habían quedado guardadas en la memoria de doña Evarista Moreno Vilera, mujer férrea, locuaz y memorialista. En su sangre tuvo el linaje de aquellas familias mestizas, provenientes de Valencia, Cojedes y San Sebastián de los Reyes que se establecieron en Ortiz, desde tiempo coloniales. De ella supimos de la memoria viva de don Nicanor Rodríguez, quien nos contó en largas horas del mediodía aquellos anécdotas que venían del más allá. Supimos oírlos gratamente con detenimiento y como un buen sastre de la Historia, entre deconstrucción y reconstrucción, se fueron armando aquellos recuerdos del olvido.
El comandante Roso Vilera murió en Guaderrama, cerca de Barinas y su esposa obtuvo en el año de 1847 una pensión de viudez, refrendada por el Ejecutivo Nacional en el 52 y 67. En el año 1874, doña Juliana Moreno Hurtado hizo una nueva solicitud.
Fuentes bibliográficas
ALFONZO VAZ, CARLOS (1982): Los Muxica Guariqueños de la Independencia. San Juan de los Morros: Editorial Los Llanos.
ARRAÍZ LUCCA, RAFAEL (2007). Venezuela: 1830 a nuestros días. Caracas: Editorial Alfa.
DÁVILA VICENTE (1924). Diccionario Biográfico de Ilustres Próceres de la Independencia. Suramericana. Tomo I y II. Caracas.
PÉREZ A, JOSÉ OBSWALDO (2010, 19 febrero). Roso Vilera. San Juan de los Morros: Diario El Nacionalista, p.5
RODRÍGUEZ, ADOLFO (1994): El estado Guárico. Orígenes, Mundo y Gente. San Juan de los Morros: Ediciones de la Comisión regional Conmemorativa del V Centenario del Encuentro de Dos Mundo.
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