martes, 20 de octubre de 2020

CURAS ESCLAVISTAS EN ORITUCO Autor: Carlos A. López Garcés, Cronista Municipal de Orituco


 

  La intensa e indoblegable actividad ideologizante de la Iglesia Católica fue un factor propiciatorio de trascendental importancia para la consolidación del dominio colonial español en territorio venezolano, lo cual ocurrió mediante la aplicación de principios económicos, políticos, sociales, culturales y de otras naturalezas de carácter europeo, entre los cuales estaba la esclavitud como fuerza de trabajo principal, cuyo aprovechamiento era eclesiásticamente permitido a los sacerdotes y a ciertos feligreses como un recurso de relación laboral. Esta afirmación puede ser ilustrada con los casos de algunos curas del pueblo Nuestra Señora de Altagracia, que eran dueños de esclavos cuando ejercían su presbiterado en esta comunidad; el cuadro siguiente es demostrativo:  

Estos religiosos no fueron los únicos sacerdotes que tuvieron esclavos en suelo orituqueño, como lo muestran varios ejemplos citados a continuación. Uno fue el del licenciado don Amaro Juan Sarmiento, quien fungía de Vicario de San Sebastián de los Reyes en 1726; él tenía en Altagracia al esclavo Nicolás Antonio de la Candelaria en 1732(14). Otro caso fue el del venerable bachiller don Juan Infante, quien era nativo de San Rafael de Orituco, donde ejerció su curato de 1752 a 1760(15); él era amo de Antonio Infante, su mujer Rita, Antolino Infante y de Caridad Infante en 1758 y 1759(16); igualmente lo era de la negra María Francisca en 1763 y de los morenos Tomás Joseph  Loreto en 1764, Josepha Lucía en 1765, Pedro Beomont en 1771(17) y de veinte esclavos que poseía en 1772(18), así como el doctor José Manuel Belisario, párroco de la feligresía sanrafaelina, tenía cinco esclavos en su casa en 1764(19). Además, el presbítero Andrés Manuel de Ochoa era propietario de una hacienda de cacao con esclavos en San Rafael de Orituco en septiembre de 1743, la cual había comprado a don Tomás Loreto Navarro(20); entre sus esclavizados estaban Bárbara Candelaria en 1756 y el mulato Vicente Ferrer en 1759(21), cuando el padre Ochoa tenía 13 esclavos(22). Por su parte, el licenciado don Pedro Pablo Garabán poseía la propiedad de la morena Juana Garabán en 1756, del zambo Nicolás Pulicarpio [sic] Herrera y de Juana Asensía [sic] en 1759, de la morena María Josepha en 1760 y de la negra Juana en 1761(23)


También es pertinente mencionar a tres clérigos esclavistas del pueblo San Francisco Javier de Lezama. En primer lugar: al licenciado don Joseph Romualdo Leal, dueño de la morena Juana Francisca en 1740(24), de los negros Miguel Blanco, Juan Vicente, Gregorio y Joseph en 1747, de las negras María Josepha y Josepha ese mismo año 1747(25). De segundo: a don Alonso Blanco amo de Joseph Romualdo Sotomayor en 1786 y 1791, de Rosa María de la Concepción y Feliciano Soler en 1791(26). De tercero: al bachiller don José Calixto Morín Flores, cura propio doctrinero de dicha parroquia lezamense, quien declaró en su testamento, hecho el 12 de febrero de 1806, que era propietario de los once esclavos mencionados seguidamente en dos grupos:



Es interesante recordar que la esclavitud era una condición social instituida gubernamentalmente y ajustada a normas legales rigurosas, que, al parecer, era considerada por sus defensores como un “hecho normal”, aceptado y practicado ordinariamente en la sociedad colonial y en la de las primeras décadas republicanas, aun cuando circulaban con frecuencia importantes planteamientos antiesclavistas, gracias a la perseverancia de quienes luchaban por abolir ese estado de sumisión infrahumano. Quizás, una suma de aquellos elementos de legalidad y de normalidad motivó a los curas para que afirmaran su reconocimiento a esa condición de sacerdote esclavista, sin impedimentos de ningún tipo, cuando efectuaban los registros bautismales respectivos, como, por ejemplo, en estos dos casos de Lezama y uno de Altagracia citados seguidamente:


“[En quince de febrero de mil setecientos y cuarenta años, yo, Joseph Romualdo Leal, con la [licenci]a debida en vacante de cura de este pueblo [de S]an Francisco Javier de Lizama [sic], habiendo administrado [los] santos sacramentos de la penitencia, eucaristía y ex[trema] unción a Juana Francisca, morena, mi esclava [roto] mujer de Joseph Gregorio, también moreno…” [Documento inconcluso por daños de la fuente].(28)    

[…]

“En ocho días del mes de agosto de mil septecientos [sic] noventa y uno, bauticé solemnemente, puse óleo y crisma y di bendiciones a María Merced, párvula que nació el día 20 de julio, hija legítima de Juan Ysidro [sic] Palacio y Juana Rita Escalante, pardos, vecinos. Fueron sus padrinos: Joseph Romualdo y Rosa María de la Concepción, esclavos del padre Blanco, a quienes advertí del parentesco y demás obligaciones. Doy fe. Ut supra. /Bachiller Joseph Calisto [sic] Morín.”(29)

[…]

“En nueve de septiembre de mil ochocientos quince, yo, el infrascripto cura interino de esta parroquial de Nuestra Señora de Altagracia de Orituco, bauticé solemnemente, puse santo óleo y crisma y di bendiciones, según el ritual romano, a un parvulito, mi esclavo, de cuatro días de nacido, a quien puse por nombre Joseph de la Rosa de la Trinidad, hijo natural de Anastasia, mi esclava. Fue su padrino: don Filisberto [sic] Funes, a quien advertí el parentesco y obligación de que certifico./Justo Antonio Funes.”(30)


Es factible concluir diciendo que las evidencias precedentes indican, por sí solas, que la moralidad católica no sancionaba la esclavitud ni siquiera la practicada por los curas, porque, probablemente, hacerlo denotaba que era una contradicción de la Iglesia consigo misma, debido a que ese medio de relación laboral formaba parte de la dinámica de una sociedad saturada de prejuicios discriminatorios, en cuya formación y consolidación había participado significativamente dicha institución eclesiástica, la cual reconocía a los esclavos como seres inferiores, tanto que los registros de bautismos, matrimonios y defunciones de ellos los hacía en libros específicos, donde eran incluidos los negros, mulatos, zambos, mestizos, indios y demás gente calificada de baja calidad, para diferenciarlos de los blancos o españoles que eran considerados seres superiores y registrados en libros aparte, según lo prueban testimonios dejados por los propios sacerdotes en esos textos.(31)

REFERENCIAS Y NOTAS

(1) A.P.N.S.A: Libro de bautismos de San Miguel del Rosario de Orituco y del pueblo Nuestra Señora  de Altagracia, 1677-1744.

(2) A.P.S.R.A.: Libro de bautismos de San Rafael de Orituco, 1755-1761, f. 10 v.

(3) IBÍDEM: f. 129 v.

(4) IBÍDEM: f. 35.

(5) IBÍDEM: f. 52.

(6) IBÍDEM: f. 65 v.

(7) A.P.N.S.A.: Libro de bautismos de Altagracia de Orituco, 1783-1787.

(8) IBÍDEM: 1789-1797.

(9) IBÍDEM.

(10) IBÍDEM: 1799-1810.

(11) IBÍDEM: 1810-1824, f. 27 v.

(12) IBÍDEM: f. 70 v.

(13) IBÍDEM: f. 240. 

(14) IBÍDEM: Libro de bautismos de San Miguel del Rosario de Orituco y del pueblo Nuestra Señora  de Altagracia, 1677-1744.

(15) CHACÍN SOTO: 1972, p. 7 (trabajo mecanográfico).

(16) A.A.C.: Matrículas parroquiales, San Rafael de Orituco, carpeta N° 37. 

(17) A.P.N.S.A: Libro de bautismos de Altagracia de Orituco, 1760-1780.

(18) A.A.C.: Matrículas parroquiales, San Rafael de Orituco, carpeta N° 37. 

(19) IBÍDEM. 

(20) R.I.M.M.G.E.G.: Reconocimiento de un censo redimible a favor de las monjas Concepciones, hecho por el presbítero don Andrés Manuel de Ochoa. Caracas, septiembre de 1743. Bloque N° 44, año 1843. (Copia expedida en Caracas, 17 de septiembre de 1842). 

(21) A.P.S.R.A.: Libro de bautismos de San Rafael de Orituco, 1755-1761, f. 40, 45.

(22) A.A.C.: Matrículas parroquiales, San Rafael de Orituco, carpeta N° 37.

(23) A.P.S.R.A.: Libro de bautismos de San Rafael de Orituco, 1755-1761, f. 34 v., 47 v., 48, 65, 127, 136.

(24) A.P.L.: Libro de bautismos de Lezama, 1740.

(25) IBÍDEM: Partida de matrimonio de Miguel Blanco y Josepha, 1747 (en Libro de bautismos de Lezama, 1740-1794)

Observación. Este libro de bautismos contiene partidas de matrimonios y de defunciones, que no fueron dañadas por la acción del tiempo; con ellas fue formado un solo texto de registros parroquiales del lapso predicho.

(26) IBÍDEM: Libro de bautismos, 1786, 1791.

(27) R.I.M.M.G.E. G.: Testamento del presbítero bachiller don José Calixto Morín Flores. San Francisco Javier de Lezama, 12 de febrero de 1806. Bloque N° 25, año 1807.

(28) A.P.L.: Libro de bautismos, 1740-1794.

Observación.  La ortografía fue actualizada y las abreviaturas fueron desarrolladas.

(29) IBÍDEM: 1783-1794, f. 145 v.

(30)A.P.N.S.A.: Libro de bautismos de Altagracia de Orituco, 1810-1824, f. 70 v.(31) A.P.N.S.A.: Libro de bautismos de San Miguel del Rosario de Orituco y del pueblo Nuestra Señora de Altagracia, 1676-1744. IBÍDEM: Libros de bautismos, matrimonios, defunciones y otros asuntos de Altagracia de Orituco, 1726-1810. IBÍDEM: Libro de bautismos de Altagracia de Orituco, 1767-1768. A.P.S.R.A.: Libro de bautismos de San Rafael de Orituco, años 1755-1761, f. 67.


FUENTES


I.- Documentales

ARCHIVO ARQUIDIOCESANO DE CARACAS (A.A.C.). Caracas. 

         Matrículas parroquiales. San Rafael de Orituco. Carpeta N° 37.

ARCHIVO DE LA PARROQUIA NUESTRA SEÑORA DE ALTAGRACIA (A.P.N.S.A.).  Altagracia de Orituco, estado Guárico.

        Libro de bautismos de San Miguel del Rosario de Orituco y del pueblo Nuestra Señora de Altagracia,  años 1677 a 1744.

Libros de bautismos de Altagracia de Orituco, años 1726 a 1824.

ARCHIVO DE LA PARROQUIA SAN FRANCISCO JAVIER DE LEZAMA (A.P.L.). Lezama de Orituco, estado Guárico.

         Libros de bautismos de Lezama, 1740-1794.

        Partida de matrimonio de Miguel Blanco y Josepha, 1747 (en Libro de bautismos de          Lezama, (1740-1794).

ARCHIVO DE LA PARROQUIA SAN RAFAEL ARCÁNGEL (A.P.S.R.A.). San Rafael de Orituco, estado Guárico.

Libro de bautismos de San Rafael de Orituco, 1755-1761.

REGISTRO INMOBILIARIO DE LOS MUNICIPIOS JOSÉ TADEO MONAGAS Y SAN JOSÉ DE GUARIBE (R.I.M.M.G.E.G.). Altagracia de Orituco, estado Guárico. 

Reconocimiento de un censo redimible a favor de las monjas Concepciones, hecho por el presbítero don Andrés Manuel de Ochoa. Caracas, septiembre de 1743. Bloque N° 44, año 1843. (Copia expedida en Caracas, 17 de septiembre de 1842).


Testamento del presbítero bachiller don José Calixto Morín Flores. San Francisco Javier de Lezama, 12 de febrero de 1806. Bloque N° 25, año 1807


II.- Bibliográficas

ACOSTA SAIGNES, Miguel. Vida de los esclavos negros en Venezuela. Prólogo de Roger Bastide. Caracas. Ediciones Hespérides, 1967.

BRITO FIGUEROA, Federico. El problema tierra y esclavos en la historia de Venezuela. Caracas. Ediciones de la Biblioteca de la Universidad Central de Venezuela. Colección Historia XIV. Segunda edición, 1985.

BRITO FIGUEROA, Federico. Historia económica y social de Venezuela. Caracas. Ediciones de la Biblioteca de la Universidad Central de Venezuela. Colección Historia III. Cuarta edición, t. I, 1979.

SALCEDO BASTARDO, J.L. Historia fundamental de Venezuela. Caracas. Ediciones de la Biblioteca de la Universidad Central de Venezuela. Colección Historia I. Novena edición, 1982. 


III. Hemerográficas

CHACÍN SOTO, Rafael. “Breves noticias  de San Rafael de Orituco”. Sin datos, 1972. (Trabajo mecanográfico en hojas sueltas).



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