control biológico de plagas, consiste en el uso de enemigos naturales para mantener la densidad de sus poblaciones al nivel más bajo posible. Es un método agrícola de control (insectos, ácaros, malezas, enfermedades de las plantas, etc.) que usa depredadores, parásitos, herbívoros u otros medios naturales. Puede ser un componente importante del control integrado de plagas y es de gran importancia económica para la agricultura. Un organismo indeseable puede eliminarse localmente, o su población puede reducirse a una escala que no cause daño económico. La erradicación completa de plagas resulta ambiciosa y en la mayoría de los casos trae problemas ecológicos. El control biológico busca reducir las poblaciones de la plaga a una proporción que no cause daño económico, y permite una cantidad poblacional de la plaga que garantiza la supervivencia del agente controlador. Este agente mantiene su propia población y previene que la plaga retorne a grados poblacionales que causan daño. Toda población de insectos en la naturaleza recibe ataques en alguna medida por uno o más enemigos naturales. Así, depredadores, parasitoides y patógenos actúan como agentes de control natural que, cuando se tratan adecuadamente, determinan la regulación de poblaciones de herbívoros en un agroecosistema particular. Esta regulación se denomina control biológico, el cual puede ser auto sostenido y se diferencia de otras formas de control porque su actuación depende de la densidad de la población de plagas. De esta manera, los enemigos naturales aumentan en intensidad y destruyen la mayor parte de la población de plagas en la medida que ésta aumenta en densidad y viceversa (DeBach y Rosen, 1991)
En un sentido estrictamente ecológico, la aplicación del control biológico se considera una estrategia válida para restaurar la biodiversidad funcional en ecosistemas agrícolas, al adicionar entomófagos “ausentes” mediante las técnicas clásicas o aumentativas de control biológico, o el incremento de la ocurrencia natural de depredadores y parasitoides por medio de la conservación y el manejo del hábitat.
A partir de finales del siglo XIX el control biológico de plagas despertó un gran interés debido al éxito que se consiguió con la introducción desde Australia, por parte de Charles Valentine Riley , del insecto benéfico Rodolia cardinales, (Coleóptera Coccinellidae) para el control de la escama algodonosa en cítricos (Icerya purchasi, Homóptera Coccidae) en campos de California (USA). A finales de 1889 se liberaron poblaciones de R. cardinales y la escama algodonosa dejó de ser problema en los cultivos de cítricos de California, motivo por el cual se considera a Charles Riley el padre del control biológico. No obstante, esta oferta tecnológica de manejo de plagas dejó de practicarse, debido a la aplicación de productos químicos, como estrategia de control de plagas, enfermedades y malezas, hasta que por los diversos problemas que ocasionó el uso intensivo de estos plaguicidas de síntesis química, el control biológico ganó de nuevo terreno como alternativa en el manejo de la protección vegetal. Los desequilibrios agroecológicos se manifiestan como brotes recurrentes de plagas y enfermedades en numerosos cultivos y en la contaminación de suelos, aguas y otros problemas ambientales. Esto se relaciona con la expansión de los monocultivos con baja disponibilidad de cultivares, en perjuicio de la diversidad vegetal, la cual constituye un componente esencial del paisaje que proporciona servicios ecológicos claves, para asegurar la protección de cultivos (Altieri y Letourneau, 1982). Es necesaria una estrategia alternativa, sobre la base en el uso de los principios ecológicos para aprovechar al máximo los beneficios de la biodiversidad en la agricultura. Por esta razón, en la actualidad el control biológico se considera una pieza fundamental e indispensable en cualquier estrategia de agricultura sostenible. La ventaja más sobresaliente del control biológico es que no contamina el ambiente, no destruye la vida silvestre, se mantienen las poblaciones de la plaga sin causar daño económico, es más barato, seguro, selectivo, no causa resistencia y es eficiente para controlar plagas.
Una de las primeras referencias al uso científico del control biológico en Venezuela data del año 1884, cuando motivado por una severa invasión de langostas migratorias (Schistocerca paranensis) en la región central de Venezuela se constituyó en Caracas una “Sociedad de Utilidad Pública”, cuyos fundadores fueron Adolfo Ernst, Gustavo Vollmer, M. J. Sanabria, G. Rivas, C. A. Urbaneja, P. Vegas y G. Espino, (Guagliumi, 1962). El objeto de la Sociedad era tomar las medidas más enérgicas y eficaces para combatir la plaga de las langostas; entre esas medidas se consideraba como la más importante el uso de sus enemigos naturales. Adolfo Ernst descubrió durante la primera invasión (años 1981-1984) dos avispitas (Orden Hymenoptera) de la familia Scelionidae (Scelio famelicus RILEY y Scelio ernstii RILEY) llamadas “Mosquitas de los huevos de las langostas”, ya que tienen la particularidad de pasar la primera época de sus vidas como parásitos en los huevos de otros insectos. Una tercera especie (Scelio venezuelensis) fue reportada como parásito de los huevos de la misma langosta durante la otra gran invasión de los años 1913-1918 (Guagliumi, 1962).
En 1913 se introdujo desde Francia (Instituto Pasteur) el Coccobacillus acridiorum, cultivado por algunos años (1913-1918) y esparcido en grandes cantidades en las zonas invadidas por las langostas migratorias sin que se obtuvieran resultados satisfactorios (Guagliumi, 1962).
Entre 1939-1941, Charles Ballou (Precursor de la entomología) que trabajaba en el Departamento de Entomología del Instituto Experimental de Agricultura, introdujo tres insectos benéficos: el “coccinélido predator” (Rodolia cardinalis) traído de California para controlar Escama algodonosa en cítricos”; la avispita Aphelinus mali introducida desde USA para el control de algunos áfidos de los frutales; y el bracónido Apanteles thurberiae importado desde Colombia con el fin de parasitar a Sacadodes pyralis (plaga del algodón).
Entre 1950-1951, llegaron de Trinidad por solicitud de H. E. Box 13 lotes de moscas amazónicas (Metagonistylum minense) y 10 de Paratheresia claripalpis (raza trinitaria); de Perú un lote de Paratheresia (raza peruana); de Méjico 2 lotes de Paratheresia (raza mejicana); de Cuba un lote de mosca amazónica (raza paulista); todos para el control de taladradores de la caña de azúcar. En 1961, se liberaron colonias de mosca amazónica en las áreas arroceras de Calabozo para combatir una severa infestación de Diatraea saccharalis. Lamentablemente no se alcanzaron los resultados esperados, debido al uso indiscriminado de insecticidas que matan un amplio espectro de especies de insectos, lo cual ocasionó la aparición de varias plagas que antes no se consideraban dañinas (Comunicación personal de Luis Manuel Chaparro). Los insecticidas eliminaron un gran número de enemigos naturales, por tanto, las plagas incrementaron sus poblaciones rápidamente al no tener sus enemigos naturales presentes. Un ejemplo de este fenómeno ocurrió en los campos de arroz de Calabozo, donde los plaguicidas organofosforados y organoclorados aplicados constantemente para el control del insecto sogata (Tagosodes orizicolus) en una variedad de arroz (Blue Bonnet 50) altamente susceptible, eliminaron los depredadores de las ratas y ocasionaron que los roedores se incrementara a niveles mayores capaces de destruir lotes de arroz completamente. Una vez que los plaguicidas se utilizan en forma persistente, se requieren aplicaciones regulares, porque los enemigos naturales se han eliminado y la plaga inevitablemente reaparece. Algunos productores para controlar ratas colocaban en los campos de arroz tambores de endrin de 200 litros, con un gotero lo cual contaminaba los sistemas de drenajes que descargaban las aguas en los ríos causando gran impacto ambiental. Cuando el mismo tipo de insecticida químico se utiliza para controlar una plaga, es muy posible que éste no actúe de forma eficiente porque la plaga desarrolla resistencia química al plaguicida.
En 1956 F. Kern introdujo desde USA una pequeña cantidad de Bacillus thuringiensis para ensayarlo en el combate del gusano cogollero (Spodoptera frugiperda).
Los productos a base de Bacillus representan aproximadamente la mitad de los agentes de biocontrol bacterianos comercialmente disponibles, incluyendo cepas de Bacillus subtilis, B. lecheniformis y B. pumilus. El gran potencial de estos 3 microorganismos en el biocontrol es sobre la base de los múltiples mecanismos mediante los cuales ejercen su acción. Entre los mecanismos simultáneos que podrían participar del biocontrol se pueden mencionar la competencia y la antibiosis. Los microorganismos en la rizósfera y en el rizoplano viven de desechos y células muertas de la epidermis de los pelos radicales y también de metabolitos excretados por las raíces que estimulan su crecimiento y la esporulación
Tipos de controles biológicos
Plaguicidas botánicos
La producción de aceites esenciales o ferohormonas secretadas por las plantas en contra de plagas de hongos o artrópodos, se pueden utilizar en forma acuosa, o por extracción con compuestos orgánicos. Se recomienda la aplicación en forma de extractos acuosos, de fácil degradación y no deja residuos en los productos agrícolas cosechados.
Depredadores
En general los depredadores son especies que consumen directamente un gran número de presas en el curso de su vida. Una desventaja de los depredadores como controles biológicos es que no son especializados y pueden atacar a especies beneficiosas también. Los coccinélidos, en particular sus larvas que suelen ser muy activas, son depredadores de áfidos, ácaros, insectos escama, también huevos, larvas y pupas de insectos. Coleomegilla maculata puede alimentarse de las larvas del escarabajo de la papa (Leptinotarsa decemlineata Parasitoides
Los parasitoides son posiblemente los controles biológicos más usados. Una de las ventajas como controles biológicos es que la mayoría son específicos y en general no atacan a otras especies. Los parasitoides ponen sus huevos dentro, encima o cerca de su huésped. La larva usa a este huésped como alimento y termina matándolo en la gran mayoría de los casos. Los parasitoides más comunes pertenecen a los órdenes Hymenoptera y Diptera. Entre las moscas o dípteros, la familia Tachinidae está compuesta totalmente de parasitoides.
Bacterias
Las bacterias usadas como controles biológicos infectan a los insectos por vía digestiva, por eso a veces proporcionan limitadas opciones para controlar a los insectos con piezas bucales chupadoras como los áfidos y los insectos escamas. Bacillus thuringiensis es la especie de bacteria más ampliamente usada, con cuatro subespecies, por lo menos, usadas para controlar mariposas, escarabajos, moscas y otros insectos plaga.
Hongos
Los hongos entomopatógenos, que causan enfermedades en los insectos, incluyen por lo menos 14 especies que atacan a los áfidos. Beauveria bassiana es un hongo producido en gran escala y se usa para el control de una variedad de insectos plagas, incluyendo a la mosquita blanca, tisanópteros, áfidos y gorgojos. Varias especies de Lecanicillium se usan contra la mosquita blanca, los tisanópteros y los áfidos. Metarhizium spp sirve para el control de escarabajos, ácaros, langostas migratorias y otros saltamontes. Paecilomyces fumosoroseus se utiliza en el control de las mosquitas blancas, tisanópteros, áfidos y ácaros. Las especies de Trichoderma son efectivas contra patógenos de las plantas.
Como parte de las nuevas políticas de recuperación ambiental y desarrollo sustentable de la agricultura, el control biológico se presenta como columna vertebral en la mayoría de los programas de Manejo Integrado de Plagas y enfermedades aunado a la ampliación integral de tratamientos biológicos con la incorporación de bioestimulantes y biofertilizantes (Zambrano et al. 2013ab).
Historia del Control biológico de Plagas en Venezuela
Germán Rico B
El control biológico de plagas, consiste en el uso de enemigos naturales para mantener la densidad de sus poblaciones al nivel más bajo posible. Es un método agrícola de control (insectos, ácaros, malezas, enfermedades de las plantas, etc.) que usa depredadores, parásitos, herbívoros u otros medios naturales. Puede ser un componente importante del control integrado de plagas y es de gran importancia económica para la agricultura. Un organismo indeseable puede eliminarse localmente, o su población puede reducirse a una escala que no cause daño económico. La erradicación completa de plagas resulta ambiciosa y en la mayoría de los casos trae problemas ecológicos. El control biológico busca reducir las poblaciones de la plaga a una proporción que no cause daño económico, y permite una cantidad poblacional de la plaga que garantiza la supervivencia del agente controlador. Este agente mantiene su propia población y previene que la plaga retorne a grados poblacionales que causan daño. Toda población de insectos en la naturaleza recibe ataques en alguna medida por uno o más enemigos naturales. Así, depredadores, parasitoides y patógenos actúan como agentes de control natural que, cuando se tratan adecuadamente, determinan la regulación de poblaciones de herbívoros en un agroecosistema particular. Esta regulación se denomina control biológico, el cual puede ser auto sostenido y se diferencia de otras formas de control porque su actuación depende de la densidad de la población de plagas. De esta manera, los enemigos naturales aumentan en intensidad y destruyen la mayor parte de la población de plagas en la medida que ésta aumenta en densidad y viceversa (DeBach y Rosen, 1991)
En un sentido estrictamente ecológico, la aplicación del control biológico se considera una estrategia válida para restaurar la biodiversidad funcional en ecosistemas agrícolas, al adicionar entomófagos “ausentes” mediante las técnicas clásicas o aumentativas de control biológico, o el incremento de la ocurrencia natural de depredadores y parasitoides por medio de la conservación y el manejo del hábitat.
A partir de finales del siglo XIX el control biológico de plagas despertó un gran interés debido al éxito que se consiguió con la introducción desde Australia, por parte de Charles Valentine Riley , del insecto benéfico Rodolia cardinales, (Coleóptera Coccinellidae) para el control de la escama algodonosa en cítricos (Icerya purchasi, Homóptera Coccidae) en campos de California (USA). A finales de 1889 se liberaron poblaciones de R. cardinales y la escama algodonosa dejó de ser problema en los cultivos de cítricos de California, motivo por el cual se considera a Charles Riley el padre del control biológico. No obstante, esta oferta tecnológica de manejo de plagas dejó de practicarse, debido a la aplicación de productos químicos, como estrategia de control de plagas, enfermedades y malezas, hasta que por los diversos problemas que ocasionó el uso intensivo de estos plaguicidas de síntesis química, el control biológico ganó de nuevo terreno como alternativa en el manejo de la protección vegetal. Los desequilibrios agroecológicos se manifiestan como brotes recurrentes de plagas y enfermedades en numerosos cultivos y en la contaminación de suelos, aguas y otros problemas ambientales. Esto se relaciona con la expansión de los monocultivos con baja disponibilidad de cultivares, en perjuicio de la diversidad vegetal, la cual constituye un componente esencial del paisaje que proporciona servicios ecológicos claves, para asegurar la protección de cultivos (Altieri y Letourneau, 1982). Es necesaria una estrategia alternativa, sobre la base en el uso de los principios ecológicos para aprovechar al máximo los beneficios de la biodiversidad en la agricultura. Por esta razón, en la actualidad el control biológico se considera una pieza fundamental e indispensable en cualquier estrategia de agricultura sostenible. La ventaja más sobresaliente del control biológico es que no contamina el ambiente, no destruye la vida silvestre, se mantienen las poblaciones de la plaga sin causar daño económico, es más barato, seguro, selectivo, no causa resistencia y es eficiente para controlar plagas.
Una de las primeras referencias al uso científico del control biológico en Venezuela data del año 1884, cuando motivado por una severa invasión de langostas migratorias (Schistocerca paranensis) en la región central de Venezuela se constituyó en Caracas una “Sociedad de Utilidad Pública”, cuyos fundadores fueron Adolfo Ernst, Gustavo Vollmer, M. J. Sanabria, G. Rivas, C. A. Urbaneja, P. Vegas y G. Espino, (Guagliumi, 1962). El objeto de la Sociedad era tomar las medidas más enérgicas y eficaces para combatir la plaga de las langostas; entre esas medidas se consideraba como la más importante el uso de sus enemigos naturales. Adolfo Ernst descubrió durante la primera invasión (años 1981-1984) dos avispitas (Orden Hymenoptera) de la familia Scelionidae (Scelio famelicus RILEY y Scelio ernstii RILEY) llamadas “Mosquitas de los huevos de las langostas”, ya que tienen la particularidad de pasar la primera época de sus vidas como parásitos en los huevos de otros insectos. Una tercera especie (Scelio venezuelensis) fue reportada como parásito de los huevos de la misma langosta durante la otra gran invasión de los años 1913-1918 (Guagliumi, 1962).
En 1913 se introdujo desde Francia (Instituto Pasteur) el Coccobacillus acridiorum, cultivado por algunos años (1913-1918) y esparcido en grandes cantidades en las zonas invadidas por las langostas migratorias sin que se obtuvieran resultados satisfactorios (Guagliumi, 1962).
Entre 1939-1941, Charles Ballou (Precursor de la entomología) que trabajaba en el Departamento de Entomología del Instituto Experimental de Agricultura, introdujo tres insectos benéficos: el “coccinélido predator” (Rodolia cardinalis) traído de California para controlar Escama algodonosa en cítricos”; la avispita Aphelinus mali introducida desde USA para el control de algunos áfidos de los frutales; y el bracónido Apanteles thurberiae importado desde Colombia con el fin de parasitar a Sacadodes pyralis (plaga del algodón).
Entre 1950-1951, llegaron de Trinidad por solicitud de H. E. Box 13 lotes de moscas amazónicas (Metagonistylum minense) y 10 de Paratheresia claripalpis (raza trinitaria); de Perú un lote de Paratheresia (raza peruana); de Méjico 2 lotes de Paratheresia (raza mejicana); de Cuba un lote de mosca amazónica (raza paulista); todos para el control de taladradores de la caña de azúcar. En 1961, se liberaron colonias de mosca amazónica en las áreas arroceras de Calabozo para combatir una severa infestación de Diatraea saccharalis. Lamentablemente no se alcanzaron los resultados esperados, debido al uso indiscriminado de insecticidas que matan un amplio espectro de especies de insectos, lo cual ocasionó la aparición de varias plagas que antes no se consideraban dañinas (Comunicación personal de Luis Manuel Chaparro). Los insecticidas eliminaron un gran número de enemigos naturales, por tanto, las plagas incrementaron sus poblaciones rápidamente al no tener sus enemigos naturales presentes. Un ejemplo de este fenómeno ocurrió en los campos de arroz de Calabozo, donde los plaguicidas organofosforados y organoclorados aplicados constantemente para el control del insecto sogata (Tagosodes orizicolus) en una variedad de arroz (Blue Bonnet 50) altamente susceptible, eliminaron los depredadores de las ratas y ocasionaron que los roedores se incrementara a niveles mayores capaces de destruir lotes de arroz completamente. Una vez que los plaguicidas se utilizan en forma persistente, se requieren aplicaciones regulares, porque los enemigos naturales se han eliminado y la plaga inevitablemente reaparece. Algunos productores para controlar ratas colocaban en los campos de arroz tambores de endrin de 200 litros, con un gotero lo cual contaminaba los sistemas de drenajes que descargaban las aguas en los ríos causando gran impacto ambiental. Cuando el mismo tipo de insecticida químico se utiliza para controlar una plaga, es muy posible que éste no actúe de forma eficiente porque la plaga desarrolla resistencia química al plaguicida.
En 1956 F. Kern introdujo desde USA una pequeña cantidad de Bacillus thuringiensis para ensayarlo en el combate del gusano cogollero (Spodoptera frugiperda).
Los productos a base de Bacillus representan aproximadamente la mitad de los agentes de biocontrol bacterianos comercialmente disponibles, incluyendo cepas de Bacillus subtilis, B. lecheniformis y B. pumilus. El gran potencial de estos 3 microorganismos en el biocontrol es sobre la base de los múltiples mecanismos mediante los cuales ejercen su acción. Entre los mecanismos simultáneos que podrían participar del biocontrol se pueden mencionar la competencia y la antibiosis. Los microorganismos en la rizósfera y en el rizoplano viven de desechos y células muertas de la epidermis de los pelos radicales y también de metabolitos excretados por las raíces que estimulan su crecimiento y la esporulación
Tipos de controles biológicos
Plaguicidas botánicos
La producción de aceites esenciales o ferohormonas secretadas por las plantas en contra de plagas de hongos o artrópodos, se pueden utilizar en forma acuosa, o por extracción con compuestos orgánicos. Se recomienda la aplicación en forma de extractos acuosos, de fácil degradación y no deja residuos en los productos agrícolas cosechados.
Depredadores
En general los depredadores son especies que consumen directamente un gran número de presas en el curso de su vida. Una desventaja de los depredadores como controles biológicos es que no son especializados y pueden atacar a especies beneficiosas también. Los coccinélidos, en particular sus larvas que suelen ser muy activas, son depredadores de áfidos, ácaros, insectos escama, también huevos, larvas y pupas de insectos. Coleomegilla maculata puede alimentarse de las larvas del escarabajo de la papa (Leptinotarsa decemlineata Parasitoides
Los parasitoides son posiblemente los controles biológicos más usados. Una de las ventajas como controles biológicos es que la mayoría son específicos y en general no atacan a otras especies. Los parasitoides ponen sus huevos dentro, encima o cerca de su huésped. La larva usa a este huésped como alimento y termina matándolo en la gran mayoría de los casos. Los parasitoides más comunes pertenecen a los órdenes Hymenoptera y Diptera. Entre las moscas o dípteros, la familia Tachinidae está compuesta totalmente de parasitoides.
Bacterias
Las bacterias usadas como controles biológicos infectan a los insectos por vía digestiva, por eso a veces proporcionan limitadas opciones para controlar a los insectos con piezas bucales chupadoras como los áfidos y los insectos escamas. Bacillus thuringiensis es la especie de bacteria más ampliamente usada, con cuatro subespecies, por lo menos, usadas para controlar mariposas, escarabajos, moscas y otros insectos plaga.
Hongos
Los hongos entomopatógenos, que causan enfermedades en los insectos, incluyen por lo menos 14 especies que atacan a los áfidos. Beauveria bassiana es un hongo producido en gran escala y se usa para el control de una variedad de insectos plagas, incluyendo a la mosquita blanca, tisanópteros, áfidos y gorgojos. Varias especies de Lecanicillium se usan contra la mosquita blanca, los tisanópteros y los áfidos. Metarhizium spp sirve para el control de escarabajos, ácaros, langostas migratorias y otros saltamontes. Paecilomyces fumosoroseus se utiliza en el control de las mosquitas blancas, tisanópteros, áfidos y ácaros. Las especies de Trichoderma son efectivas contra patógenos de las plantas.
Como parte de las nuevas políticas de recuperación ambiental y desarrollo sustentable de la agricultura, el control biológico se presenta como columna vertebral en la mayoría de los programas de Manejo Integrado de Plagas y enfermedades aunado a la ampliación integral de tratamientos biológicos con la incorporación de bioestimulantes y biofertilizantes (Zambrano et al. 2013ab).
Ciertamente, pero estos dos eventos son acompañados por el protagonizado quien para entonces Tte Ej hoy Myor (R) Pablo Segundo Suarez Peña (Bqto-Lara) quien en 1987, mediante operación helitáctica fue evacuado en el sector conocido como "Las Pavas" jurisdicción Tumeremo del Edo. Bolívar, donde el mencionado Oficial por informaciones de inteligencia emplaza su unidad a fin de dar captura a personal militar/policial de Guyana, lo cual se logro. Por los hechos antes referidos el Oficial fue condecorado con la medalla Btlla de Carabobo en su 1ra clase e igualmente le fue entregada una placa por parte de El Concejo Mcpal del Mcpio Antonio Sifontes del Edo. Bolívar la cual dice: "EN RECONOCIMIENTO A SU VALIENTE Y PATRIOTICA EN EL SITIO "LAS PAVAS" DE ESTA JURISDICCION AL RECHAZAR LA PENETRACION DE MILITARES GUYANESES EN NUESTRO TERRITORIO PRESERVANDO ASI NUESTRA SOBERANIA" Tumeremo, 24 de Junio de 1988.
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