A la hora de revisar la dilatada historia de la Iglesia Católica en la ciudad de Calabozo, la actuación de Monseñor Helímenas Rojo Paredes constituirá a los ojos de los investigadores, sin ninguna duda, uno de los capítulos más significativos dentro del riquísimo conjunto de sucesos y procesos que han marcado la vida de esta comunidad. Aun considerando que la institución religiosa encabezada por el Pontífice romano ha sido uno de los elementos fundamentales del acontecer en la histórica Villa de Todos los Santos, sin cuya consideración sería imposible comprender la racionalidad mediante la cual ha llegado a ser lo que es hoy esta importante localidad de los Llanos venezolanos, la actividad de este Prelado resalta al lado de los más destacados miembros de la Iglesia que han actuado en el ámbito de la Diócesis calaboceña y su área de influencia.
Muchos de los acontecimientos que han tenido como marco geográfico a esta porción de tierra guariqueña han vestido los hábitos sacerdotales. Comenzando por los Frailes fundadores, tenaces en la tarea de establecer en este sitio una bien organizada Villa de españoles, pasando por los padres, cuyos esfuerzos resultaron esenciales para construir las iglesias que hoy adornan nuestro Patrimonio Histórico, hasta llegar a los Prelados que han encabezado la Diócesis calaboceña, una de las más antiguas de Venezuela, sin olvidar a aquellos religiosos, que desde otras latitudes influyeron con su actividad y sus palabras para que el Obispado se convirtiera en una realidad para la ciudad cabecera de los Llanos guariqueños, tal sería el caso del Arzobispo de Caracas, Monseñor Ignacio Fernández Peña, quien con su opinión favorable logró convertirse en el personaje decisivo para que el Congreso Nacional decretase la creación de la Diócesis de Calabozo el 04 de mayo de 1847.
El 26 de febrero de 1980 el papa Juan Pablo II nombró al sacerdote Helímenas de Jesús Rojo Paredes Obispo de la Diócesis de Calabozo, pero fue consagrado como tal el 26 de abril de aquel año, días más tarde arribó a esta ciudad para suceder a Monseñor Miguel Antonio Salas, quien había sido elevado al cargo de Arzobispo de la Arquidiócesis de Mérida, y de este modo se convirtió en el séptimo Obispo de los Llanos guariqueños. Venía el nuevo Obispo Rojo Paredes de desempeñar los cargos de superior provincial de los Padres Eudistas de Venezuela y de Director Nacional del Secretariado para las vocaciones, siendo estos los últimos de muchos que había ocupado dentro de la organización eclesiástica en el país antes de asumir como nuevo Obispo de Calabozo.
Monseñor Helímenas Rojo Paredes nació en Calderas, una pequeña población barinesa enclavada en las estribaciones de la cordillera de Los Andes venezolanos. Estudió la Primaria en la localidad de Niquitao, estado Trujillo, en donde tuvo como maestro a don José Concepción García Márquez, a quienes sus alumnos conocían como “Don Concho”. Allí recibió la influencia de los Padres Eudistas, especialmente del padre oriundo de Francia, Jean Baptiste Cabaret. La Escuela también recibió la visita de Monseñor Acacio Chacón Guevara, Obispo de Mérida para la época. En 1940, a los catorce años, ingresó al Seminario Menor de los Padres Eudistas de La Grita, en donde conoció al padre Miguel Antonio Salas, nativo de aquella ciudad tachirense, a quien iba a suceder en el Obispado calaboceño muchos años después. El padre Salas, fue, de acuerdo a las propias palabras de Monseñor Rojo Paredes, “el primer Eudista de Venezuela”.
El seminarista Helímenas de Jesús Rojo Paredes fue ordenado sacerdote en Roma, el 08 de julio de 1950, por lo que este año es el aniversario número setenta de ese hecho. Posteriormente ocupó los cargos de maestro en los seminarios de San Cristóbal, Maracaibo y Caracas, actividad que lo satisfacía, ya que ha sido una persona inclinada a favorecer la labor docente, razón por la cual constantemente la ha intentado auspiciar desde todas las posiciones en las que le ha correspondido actuar, tal como lo demostró en Calabozo y otras localidades guariqueñas durante su labor como Obispo y Arzobispo. Ejerció como Rector del Seminario Menor de los Padres Eudistas en La Grita. En 1960 fue nombrado Rector del Seminario Mayor y Menor Interdiocesano de Caracas. Posteriormente, cuando estas instituciones se separaron en 1966, Rojo Paredes permaneció como Rector Menor de Caracas. Cursó estudios de Filosofía en el Escolasticado de la Congregación de los Padres Eudistas en Usaquén, y Teología en la Pontificia Universidad Gregoriana de Roma, allí se licenció en 1973.
Como quedó dicho, Monseñor Helímenas Rojo Paredes está celebrando también sus cuarenta años de haber sido ordenado Obispo de la Diócesis de Calabozo. En esta ciudad desplegó una intensa actividad dirigida esencialmente a desarrollar la labor docente mediante, por ejemplo, la creación de instituciones, como el Colegio Diocesano, hoy Arquidiocesano, “Monseñor Salustiano Crespo”. Mediante su intercesión también se establecieron en Calabozo el Instituto Pedagógico “Monseñor Arias”, IUPMA, para la formación de docentes. Esta institución en un momento determinado se convirtió en uno de los principales centros de formación docente en los Llanos, recibiendo en su sede de Calabozo a numerosos estudiantes procedentes de diversas localidades de los estados Guárico, Apure y Amazonas. También contribuyó Monseñor Rojo Paredes al establecimiento en nuestra ciudad de un núcleo del Colegio Universitario de Administración y Mercadeo CUAM, que ha servido para la juventud guariqueña como una excelente alternativa para los bachilleres que deseen emprender estudios en diversas áreas técnicas, y mediante un convenio con la Universidad “Simón Rodríguez”, poder completar los estudios de Técnico Superior Universitario, y egresar con la licenciatura o la ingeniería, según sea el caso.
Monseñor Helímenas Rojo Paredes también impulsó la creación en Calabozo de la segunda emisora de radiodifusión local, la llamada “Radio Venezolana”. Cuenta él mismo, que estando en la ciudad de Los Ángeles, California, durante una gira que realizó a los Estados Unidos y Canadá, se alojó en la casa de un amigo irlandés que residía en aquella localidad norteamericana, surgió la idea entonces de establecer una emisora radial en Calabozo, y el mencionado señor lo apoyó aportando la antena transmisora para que esa proyectada estación comenzara sus operaciones. La “Radio Venezolana”, creada a pocos meses de haber ocupado el cargo de Obispo de Calabozo convirtió a nuestra ciudad en la primera del estado Guárico en poseer dos emisoras de radio. Durante sus transmisiones, además de la programación regular de una emisora católica, con sus mensajes eclesiásticos, también cumplió una importante labor educativa. Muestra de ello fueron los cursos de bachillerato por radio que se emitieron durante muchos años a través de su señal. Más tarde, fueron creadas, como hermanas de la “Radio Venezolana”, que transmitía en Amplitud Modulada, dos emisoras más en frecuencia FM, que actualmente están en plena actividad.
Como se ha podido apreciar, Monseñor Helímenas Rojo Paredes también ha participado en el impulso de actividades culturales, y ello se corrobora al destacar que nuestro personaje fue miembro fundador del Ateneo de Calabozo, una de las principales instituciones culturales no solo de la ciudad sino incluso del estado Guárico. Fue miembro fundador, y como tal firmó el acta constitutiva del Ateneo el 16 de abril de 1982, acto que se efectuó en la sede del Colegio de Abogados de Calabozo. Pero no se conformó Monseñor con ser solo un integrante más, sino que puso a disposición de la nueva institución cultural calaboceña las instalaciones de la Diócesis para la realización de sus primeras actividades. Por ejemplo, la instalación de la Primera Junta Directiva del Ateneo de Calabozo se llevó a cabo en el Salón del Trono del Palacio Episcopal por iniciativa del Obispo, lo mismo que la realización de los primeros actos culturales del Ateneo, como su concierto inaugural con la agrupación “Solistas de Venezuela”, que en el mes de junio de 1982 presentó en la Catedral de Calabozo la “Cantata Escénica Berruecos”. De allí en adelante Monseñor Rojo Paredes siempre estuvo dispuesto a abrir las puertas de sus instalaciones para la presentación de las actividades del Ateneo, tanto de la Catedral, como de las demás iglesias de la Diócesis. Y esa actitud también la ha tenido para otras instituciones culturales, como las Orquestas que han conformado el núcleo Calabozo del Sistema Nacional de Orquestas, además de otras agrupaciones que han hecho vida cultural en el municipio.
Para 1980, año del nombramiento de Monseñor Helímenas Rojo Paredes como séptimo Obispo de la Diócesis de Calabozo, la jurisdicción de ella abarcaba todo el ámbito de los estados Guárico y Apure, excepto el antiguo distrito Páez de este último. Pero durante el transcurso de su ejercicio al frente del Obispado, y seguramente mediante su inspiración, la mencionada área fue dividida al crearse sucesivamente las Diócesis de San Fernando de Apure y Valle de la Pascua, segregadas de la Diócesis calaboceña. Pero el papa Juan Pablo II, considerando la antigüedad de la Diócesis de Calabozo, además de otras circunstancias que obraban a favor, lógicamente informadas por las autoridades eclesiásticas del país, en donde el Obispo de Calabozo ha debido ejercer un rol protagónico, creó el 16 de junio de 1995 la Provincia Eclesiástica de Venezuela, conformada por la nueva Arquidiócesis de Calabozo y las Diócesis Sufragáneas de San Fernando de Apure y Valle de la Pascua, y además se designó para que encabezara lo que en aquel momento constituyó la octava Provincia Eclesiástica de las nueve que hoy tiene el país a Monseñor Helímenas de Jesús Rojo Paredes como el primer Arzobispo de la Arquidiócesis de Calabozo.
Hoy, a 25 años de aquel acontecimiento es necesario expresar estas palabras de reconocimiento a Monseñor Helímenas Rojo Paredes, verdadero impulsor de aquellas actividades, y como tal protagonista principal de este capítulo de la historia de Calabozo.
Excelente y detallado estudio de la vida y obras de Monseñor Helimenas Rojo, vivo ejemplo de apóstol y ductor de la vida católica y cristiana.
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