martes, 20 de octubre de 2020

"Humboldt sí se baño en la Quebrada de Marchena en Calabozo" Autor: Eduardo López Sandoval

 

El presente es una ponencia que se hace de un capítulo de la Novela Histórica El Doctor Italiano, inédita. El personaje principal de esta novela es el Médico Gerónimo Carchidio,  de quien dice la novela que en esta Villa de Todos los Santos de Calabozo la generalidad de los llaneros lo bautizó con el calificativo de Doctor Italiano,y que nació el 17 de marzo de 1860 en Roma, un año antes exacto antes de que la nación italiana se fundara. Trabajó en esta ciudad como Médico desde 1938 hasta 1948, el lugar de su consultorio y residencia fue la casona colonial que es el actual Museo de la Ciudad. El referido aparte se denomina Los manantiales de Calabozo y los pararrayos de Carlos del Pozo, en éste se desarrolla una conversación entre el protagonista que narra en primera persona y el Abogado Luis Reina Ibarra, vecino de estas tierras para la década señalada, habla el doctor Reina así:

-Esta tierra fue hecha por Dios para la felicidad de los hombres que escogieron habitar en ella, por decisión de sus padres o por su propio atrevimiento, por siempre, y aun de los visitantes, por el tiempo que en ésta permanecieran, toda la Mesa de Calabozo está sembrada por cerca de dos docenas de manantiales...-Dijo el doctor Reina, mientras se acomodaba la indumentaria propia para una larga lectura: los lentes de leer, la servilleta y el líquido especial para la limpieza de los vidrios bifocales y los cinco tomos del libro VIAJE A LAS REGIONES EQUINOCCIALES DEL NUEVO CONTINENTE, de Alejandro de Humboldt.

El sabor del café estaba por llegar como siempre, el tomar una colada recién hecha por la dueña de la casa y obsequiada por ella misma de sus propias manos, es signo en estas tierras venezolanas, y más de las llaneras, de bienvenida y de abierto deseo de permanencia placentera.   

Tiempo que fue suficiente para que mi hija Delia hiciera una pregunta que al parecer tenía pendiente:

-¿Qué es mesa, como es eso que Calabozo es una mesa? -Mi hija Delia me preguntó a mí, pero el doctor Reina le responde:

-Mira qué casualidad, cuando las cosas son verdad como decía mi abuela, estoy buscando aquí los manantiales de Calabozo, que es el tema de discusión de hoy,  y en el preciso momento que Delia pregunta qué es mesa, yo estoy leyendo lo que nos dice el barón De Humboldt de lo que es este fenómeno geográfico, veamos, … -y se acomoda el Doctor:      

Eduardo López Sandoval                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                              

-Página 168 del Tomo III, leo: “Los llanos, a pesar de la aparente uniformidad de su superficie, … (En la novela el doctor Reina lee lo que nos enseña Humboldt de lo que es mesa). Pretendimos leer después lo que dice el Sabio acerca de lo manantiales de Calabozo, que era para el momento el punto de discusión entre jugadas de ajedrez, -que por cierto esta vez la discusión duró varias semanas-, y de forma especial no encontramos nada en el citado libro de Humboldt, por lo menos en las dos ediciones de la traducción de Lisandro Alvarado a la cual tuvimos acceso en las bibliotecas privadas de esta ciudad colonial de Calabozo, además de la versión que tenía yo en mi propia biblioteca.

Que Humboldt no escribió nada acerca de los manantiales de Calabozo, muy a pesar de que en  la creencia del pueblo, de las gentes más sencillas, existe la convicción de que el barón De Humboldt se bañó en los manantiales que forman, de acuerdo con la historia, la Quebrada de Marchena, que dio nombre por lo menos por un siglo a la Misión de Abajo, como Misión de la Santísima Trinidad de Marchena, que luego los dos manantiales, fueron bautizados con los nombres de Chorrote y Tinajón. Parece que no.

-Lo que está escrito en los libros se impone como una verdad sin discusión, -razonaba el doctor Reina-, donde se impone la verdad impresa a la verdad no escrita que está en la memoria de la gente cuando son controvertidas, tal es este el caso; se cuenta en la sabiduría calaboceña que Humboldt iba casi todas las tardes, cerca de las cuatro de la tarde…

-Con la fresca, para decirlo con las palabras exactas que los calaboceños usan. - Remataba el doctor Luis Reina, quien además del contacto que el ejercicio del Derecho le daba con la gente de estas tierras, se relacionaba con los llaneros de faenas con ganado vacuno, puesto que era propietario de un derecho sobre el Hato Santa Catalina Pontera. 

Se cuenta que Humboldt fue el primero en usar el vocablo “aguas termales” para referirse a estas atemperadas aguas, que los calaboceños ciegos en su disfrute no se percataban de la perceptible para el Sabio diferencia de temperatura. Se dice además en el saber de las gentes de esta ciudad colonial, que Humboldt se hacía acompañar del estudioso botánico francés Aimé Bompland montados a caballo, y que antes de tomar el baño hacía como una media hora de ejercicios en los alrededores de la Quebrada de Marchena, que se forma con los dos manantiales. Se cuenta que en  una de estas cabalgatas hacia los manantiales, en el que lo acompañaban don Miguel Cousin y don Carlos del Pozo, este último le preguntó si esas gargantas de agua de la Cabecera, Chorrote y Tinajón fueron causadas por terremotos ocurridos hace muchos años. Y cuenta la gente que Humboldt le contestó que no, le dijo que esas gargantas fueron provocadas por el empuje del nivel freático muy grande que se desplaza desde la Mesa de Calabozo, con la fuerza de la enormidad de la meseta cargada de aguas, que la gravedad la obliga a desalojar hacia la parte más baja, que al final van a parar al mismísimo río Guárico, y estos manantiales constituyen el punto más débil por donde se desata esta enorme fuerza de la gravedad de la forma más hermosa en que Dios puede manifestar su presencia, con estos hermosos manantiales de aguas cristalinas. Que para la mayor gracia de los habitantes de estos Llanos las aguas que forman esta Quebrada de Marchena se manifiestan con una tenue diferencia de temperatura. Pero que están hechos estos pozos y su contraste de temperatura para que lo disfruten los visitantes. Los habitantes de esta Mesa de Calabozo no se percatan de que el pozo llamado Tinajón es termal. Se cuenta que Humboldt le hizo esta observación a los amigos de Calabozo que esta vez lo acompañaban, -don Miguel y don Carlos-, y de manera cierta estuvieron de acuerdo en que no habían oído nunca que ningún calaboceño advirtiera que una de estas aguas era termal.   

Los pasajes que se han referido, de las visitas del sabio Humboldt a los manantiales de Calabozo, y el que se hacía acompañar por el científico Carlos del Pozo y por don Miguel Cousin, han sido tomados del saber de las gentes de Calabozo, citamos de seguidas un suceso por demás particular que le ocurrió al Sabio también en compañía de Del Pozo y Cousin, pero ahora de la fuente bibliográfica, de la letra del propio Humboldt, esta vez en el río Orituco que visitaban explorando la particularidad científica que investigaba Alejandro de Humboldt relacionada con los peces de estos Llanos que producen electricidad, los tembladores. 

Por exigencia de mi hija Delia se trató en esta tarde la lectura de este relato del propio libro Viaje a las Regiones Equinocciales del Nuevo Continente, que de su página 188, del Tomo III leemos una especie de presentación que Humboldt hace de Cousin y de la propia ciudad de Calabozo:

“Encontramos en Calabozo la más franca hospitalidad en casa del Administrador de la Real Hacienda , don Miguel Cousin ...” (En la obra se cita este párrafo que en esta Ponencia se salta). 

Más adelante, en las páginas 212 y 213, hace alusión al particular hecho al que hacemos referencia por el también particular requerimiento de la principal colaboradora de estas notas, mi hija Delia, y también, claro está, porque deja probado que este trío de personajes, Humboldt, Del Pozo y Cousin realizaban excursiones juntos en esta Mesa de Calabozo, que se hace una cuarteta de investigadores cuando sumamos a Aimé Bompland, el compañero del sabio Humboldt.  El extracto es como sigue: (En el capítulo se cita esta pasaje de la monumental obra de Humboldt) .

Pero la discusión acerca de las dos tesis en estudio, la del saber popular, diferente a la evidente ausencia de alguna nota en la Obra de Humboldt, tuvo su momento culminante cuando una mañana -normal era que estas reuniones que adornaban las partidas de ajedrez se hicieran en las tardes-, se apareció el doctor Reina sonriente con un pequeño y viejo libro que presentó con estas palabras:

-Aquí está la solución, ¡Humboldt sí se bañó en las aguas termales de Calabozo!

La circunspección del doctor Reina fue velada esta vez por su desbordada e inusual alegría:

-¡El barón Humboldt y su sempiterno compañero, el botánico francés Aimé Bompland, sí se echaron sus buenos chapuzones en la Quebrada de Marchena! ¡En las aguas termales del Tinajón! -Decía mientras se acomodaba para la lectura…

-DIARIO DE VIAJE de Bogotá a Caracas, autor, José Cortés de Madariaga, nada más y nada menos que el Cura que ganó la primera consulta popular realizada en Venezuela, el del 19 de abril de 1810, -y no esperó el café para empezar a leer lo que de seguidas transcribo textual, con la ortografía de los tiempos de edición de este preciado y fundamental  libro- “A las cuatro y media de la tarde comparecieron el Teniente justicia mayor, Cabildo, y vecinos de Calabozo, media legua distante de la Mision, para felicitarme y conducirme á la villa: en cuyo tránsito examiné unos baños termales, visitados anteriormente por el baron de Humboldt. No alcanza mi pluma á describir el gozo que se manifestaba en el semblante de cada uno de mis nobles compatriotas, ni las dulces sensaciones que su lenguaje insinuante excitó en mi ánimo, hasta aquella fecha justamente consternado.”

Concluimos entonces con esta monumental fuente irrefutable que el padre José Cortés de Madariaga examinó los baños termales visitados anteriormente por el barón De Humboldt, y ese “anteriormente” es de sólo una corta docena de años, que dada la baja velocidad de los tiempos en ese siglo en el mundo en general, y en estos anchos llanos en especial, debemos decir que el chileno estuvo en el tiempo inmediato después de que el Sabio se bañó en estos pozos. 

La responsable Conclusión histórica es: Humboldt estuvo en la Quebrada de Marchena. Ante este hecho nos repetimos las preguntas:

-¿Humboldt olvidó escribirlo? ¿O la imprecisión es de los traductores o editores? -Interrogantes que este par de investigadores aficionados dejamos como hipótesis que se abren a la sabana de la investigación histórica profesional.

La evidencia bibliográfica le da la razón a la gente del pueblo, que Humboldt se bañó en sus aguas, y se la quita a la colección de libros de Humboldt, que no lo menciona. Ante esta verdad histórica concluimos, entre jugadas de un partido de ajedrez, que es necesario un desenlace que deje abierta dos posibilidades, una, hubo una falla de los traductores y/o editores del libro, o dos, hubo un tras papeleo del propio Humboldt desde el origen. 

Una tercera posibilidad que no nos dimos nosotros, confesándonos no especialistas en tan enjundiosa  materia científica, fue la que Humboldt no le diera importancia a esta inconmensurable realidad, los manantiales de Calabozo, uno de los cuales es termal. Ante esta confusión patente es que consideramos que esta cuestión debía ser tema de estudio para los humboldtianos del mundo.


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