martes, 20 de octubre de 2020

EN BUSCA DE UN PERSONAJE Autor: Fernando Aular Durant

                          

                                                                                            

              

                                            EN BUSCA DE UN PERSONAJE

                                                                                                  AUTOR: Fernando Aular Durant

En Tucupido, estado Guárico, por los años 1936 -1952, había dos escuelas: la llamada “Escuela Federal Pedro María Arévalo Cedeño”, para las hembras, que generalmente la llamaban la Arévalo Cedeño, por lo que con el tiempo la gente creía que se trataba  del general Emilio Arévalo Cedeño, pero el epónimo era el de un médico, educador, filántropo, escritor, miembro de la Academia Nacional de la medicina, nacido en Valle de la Pascua en 1870 y muerto en San Juan de los Morros en 1936. En 1903 fundó en Altagracia de Orituco el Hospital San Antonio. Catedrático en el colegio Santa María de don Agustín Aveledo; director del colegio Roscio, fundador y docente en el colegio Guárico, que después se convirtió en el colegio Ramón Buenahora.  

La otra escuela era la de los varones, con el nombre de “Escuela Federal Narciso López Camacho”. En 1952 se creo el llamado “Grupo Escolar Narciso López Camacho” para hembras y varones.  En esa escuela estudié la primaria y por el 1955, estando en quinto grado,  el maestro Olivier Marcano mandó como tarea una composición sobre el epónimo de la escuela. Nadie sabía quién era ese personaje. Un viejo maestro nos informó que se trataba de un militar de los tiempos de la guerra de la independencia y con ese sólo dato recuerdo que hice una versión imaginaria donde colocaba a dicho personaje al lado del general Pedro Zaraza, montado en un potro brioso  y armado de poderosa lanza arremetiendo contra los realistas. Composición que me valió muchas felicitaciones.  

Durante mucho tiempo se continuó creyendo que el Narciso López Camacho era un soldado patriota, prócer de la independencia. Después de más de cincuenta años, cuando el 10 de diciembre del 2004 se creó la “Fundación Amigos del  Narciso López Camacho”, fue solicitada en la institución una biografía del epónimo con resultados negativos, no existía. Sólo tenían un fascículo que había aparecido en el diario El Nacional, donde en  uno de los  artículos se hablaba de un Narciso López, soldado que había luchado en la guerra de la independencia, venezolano, que luchó en la fila de los realistas, que luego había continuado luchando en España y posteriormente en Cuba.

En un artículo publicado en el periódico “Jornada”  (23-05-2003), por Manuel Soto Arveláez, titulado “Venezolano héroe de la independencia cubana”, se refiere al mayor general Narciso López Oriola, nacido en Caracas en 1797, y quien siempre participó en las filas realistas a las órdenes de Tomás Morales, de Pablo Morillo y de Miguel de la Torre. En España luchó contra los carlistas. Murió luchando contra los españoles por la independencia cubana y se le recuerda como creador de la bandera de Cuba.   

  Consultado el historiador Adolfo Rodríguez, informó tratarse de un médico nacido en Calabozo, que había estado con Joaquín Crespo y que había sido miembro de la Academia Venezolana de Medicina.

Consultada la Academia Nacional de Medicina, aclaró que Narciso López Camacho era un médico venezolano nacido en Calabozo en 1849, graduado en la Universidad Central de Venezuela, quien fuera Ministro de Instrucción Pública en el gobierno del presidente Joaquín Crespo y uno de los treinta y cinco miembros fundadores de la Academia Venezolana de Medicina en 1904.

Como Ministro de Instrucción Pública de Joaquín Crespo se vio envuelto en los hechos suscitados por el famoso curandero Telmo Romero, quien apoyado por Crespo había sido nombrado en consejo de ministros, Director General del Hospital de Lázaros de Caracas y del Hospital de Enajenados de los Teques, hasta entonces bajo el control de profesionales de la medicina, se habían aprobado sus métodos para la cura de la lepra y la demencia, y el compromiso de comprar todos los remedios que Romero fabricaba para ser distribuidos en las casas de beneficencia.

Los métodos y las presuntas curaciones efectuadas por Romero a varios dementes fueron aprobadas por eminentes médicos venezolanos: doctores Manuel María Ponte, eminente científico, ex  rector de la universidad y profesor de la facultad de Medicina; Alejandro Frías, de gran renombre y profesor de obstetricia y Pedro Medina, profesor de Patología, presionados por los gobernantes. 

En el periódico “El Delpinismo”, en los grupos de estudiantes y profesores de la Universidad comenzaban las protestas por los manejos del gobierno de Joaquín Crespo en la escandalosa protección al peligroso curandero Telmo Romero, por el desprecio a la dignidad científica al obligar a ilustres profesores a dictaminar a favor de las falsas curaciones efectuadas por el brujo, además se protestaba por el decreto de Guzmán Blanco de que las universidades debían vender en pública subasta  todas sus propiedades urbanas y rurales.

 Telmo Romero había sido objetos de varias condecoraciones, como la “Medalla de Instrucción Pública”  y se corría el rumor de que Crespo nombraría a Romero como Rector de la Universidad. El 10 de marzo de 1886, los profesores y estudiantes de la facultad de Medicina celebraron varios actos en conmemoración del nacimiento del ilustre doctor, paradigma de la ciencia, la moral y el civismo, José María Vargas y al pie de su estatua en respuesta a quienes pretendían prostituir la ciencia, quemaron numerosos ejemplares del libro de Romero, “El Bien general” al que calificaron como “verdadero patrón de ignominia para la sociedad”. Que el libro contenía “monstruosas inmoralidades, fórmulas médicas que eran conatos de homicidio y palabras soeces que avergüenzan”.

Las autoridades policiales redujeron a prisión a los organizadores del acto y el ministro de instrucción pública, Narciso López Camacho, dirigió una comunicación al rector  donde le hacía reclamaciones por su “silencio cómplice” con los estudiantes al permitir tales desórdenes y la quema del libro “El bien general” de Telmo Romero, acto de grave incivilización y le participa que el presidente de la república había dispuesto la expulsión de todos los alumnos que aparecían firmando el acta del hecho.

La prisión de los estudiantes produjo actos de solidaridad del resto de los universitarios para con ellos y acordaron denunciar ante la Cámara de Diputados, al ministro López Camacho por infracción de la Constitución Nacional y de las leyes vigentes.

…. “Pues bien, el ciudadano ministro de instrucción pública, haciendo suya la causa del autor del libro incinerado, y violando no solamente leyes expresas sino también toda consideración  patriótica y social, ordenó al ciudadano Rector de la Ilustre Universidad Central la expulsión de los alumnos que, movidos de noble indignación, quisieron desagraviar las Ciencias y defender intereses públicos muy sagrados….. En qué haya podido fundarse el ministro de Instrucción Pública para olvidar así la circunspección  que le impone su carácter oficial y la gravedad de sus deberes no hemos podido averiguar. Suponed ciudadanos Diputados, que la incineración del libro fuese una injuria a su autor, ¿no sabe todo el mundo que la injuria solamente da lugar a acción privada de parte del ofendido? Sólo el Ministro de Instrucción Pública parece no conocer precepto tan trivial ¡y hasta qué punto la ha desconocido, ciudadanos Diputados! Hasta el punto de prescindir de todo juicio, de toda averiguación, de todo procedimiento, de toda fórmula, para dictar una medida vejatoria y sultánica en que, fuerza es decirlo, ha faltado también a la verdad…”

La comisión especial de la Cámara de Diputados concluyeron que no había lugar a formación de causa y absolvieron al ministro con los votos salvados de unos pocos y luego acordaron la suspensión de las medidas en contra de los estudiantes, proceder a su libertad para no dificultarles sus tareas académicas. Medida que ya había tomado el mismo presidente.

El 23 de abril de 1886, viernes santo, cuando finalizó el debate de la Cámara de Diputados, conocida la decisión de ésta de declarar no ha lugar le demanda de los estudiantes contra el ministro López Camacho,  los estudiantes se presentaron en la esquina de Las Madrices, donde funcionaba la “Botica Indiana”, propiedad de Telmo Romero, y al grito de ¡Abajo Telmo Romero! y a fuerza de pedradas la destruyeron. 

Terminado el gobierno de Crespo, vuelve Guzmán Blanco hastiado de poder. Telmo Romero pierde su favoritismo y pasa a la oscuridad donde siempre estuvo; el Dr. Narciso López Camacho deja su ministerio y también cae en el olvido, al punto que en una escuela en Tucupido, que lleva su nombre, durante tanto tiempo ignoraron quién era. Las Universidades y los estudiantes, siempre golpeados por los gobiernos y las dictaduras, aún persisten con la rebeldía propia de quienes buscan  las luces de la verdad, la paz y la libertad.



FUENTES BIBLIOGRÄFICAS

1. Rubín Zamora, Lorenzo. Diccionario Biográfico Cultural del Estado Guárico. Caracas. 1974

2. Experiencia propia del autor.

3. Folleto del diario “El Nacional”

4. Soto Arveláez, Manuel. “Un venezolano héroe de la independencia cubana” Periódico “Jornada 23-05-2003.

5. Consulta con el historiador Adolfo Rodríguez

6. Carta de la Academia Nacional de Medicina

7. Ramón J, Velásquez, “Joaquín Crespo”. Biblioteca Biográfica Venezolana. Tomo 1. Volumen 1. Caracas. 2010.        

           


2 comentarios:

  1. Dr. Narciso López Camacho, su historia familiar:
    Narciso Dionisio del Carmen López Camacho, nacido el 8 de abril 1849 en Calabozo, Bautizado el 18 de abril 1849 en la Iglesia de Todos Los Santos de Calabozo, fallecido el 28 de septiembre 1912 en Caracas,casado el 19 de septiembre 1878 en la Iglesia Catedral de Caracas, con María de Las Mercedes Borges Gil, hija legítima de Nicanor Borges y Manuela Gil, con sucesión:
    1.▪ Narciso Felipe López Borges
    2.▪ Mercedes Cristina Veronica López Borges 1883
    3.▪ Maria del Rosario López Borges 1885
    4.▪ María de Las Mercedes López Borges 1885-1886
    5.▪ Pedro Manuel López Borges 1887-1911
    6.▪ Manuel María Marcelino del Carmen y la Santisima Trinidad López Borges.
    7.▪Nicanor López Borges.
    8.▪ Rosa López Borges.
    9. María Simona López Borges.
    10.▪ José Antonio López Borges.
    11.▪ Doctor Guillermo López Borges, famoso Médico.
    Siendo Ministro de Instrucción pública, el Colegio Federal de Calabozo fue elevado a primera categoria.
    Sus ancestros:
    Su padre fue el General José Antonio López, nacido en 1825 en Barcelona, Anzoátegui, fallecido el 15 de octubre 1897 en Caracas, Don José Antonio López, hijo natural de María Belén López de Oriola, viuda de Timoteo Llamozas Chacin, se dice que su padre fue el Brigadier. Juan Bautista Pardo, Gobernador y Capitán General Interino de Caracas. Juan Antonio López, Casó el 8 de julio 1848 en la Iglesia Parroquial de Todos Los Santos de Calabozo, con María del Rosario Camacho Cousín, calaboceña, hija Francisco de Paula Camacho y Delgado y Petrona de Jesús Cousín y Delgado.
    Doña María Belén López de Oriola, hermana entera del General Joseph Narciso de la Concepción López Oriola, Prócer de La Independencia de Cuba , "El Gran Pirata" , Oficial del Ejercito Realista, nacido el 29 de octubre 1797 en Caracas, bautizado el 2 de noviembre 1797 en la Iglesia Parroquial San Pablo de Caracas,
    Ejecutado en "garrote vil" el 1 de septiembre 1851 en La Habana, Cuba, Lopez de Oriola, hizo su carrera militar en Venezuela, bajo las ordenes de Francisco Tomas Morales. Los López de Oriola fueron hijos de Pedro Manuel López Pérez y Anna Paula de La Concepción Gertrudis de Oriola Noriega, quienes hicieron vida en Calabozo, fueron dueños del "hato Las Palomas", don Pedro Manuel López, muere asesinado por orden de Boves el 28 de de julio de 1814 en Valencia.
    Dificil entender como Narciso López de Oriola, se incorpora al ejercito realista despues de la muerte de su padre.

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  2. El Teniente de Justicia Pedro Manuel López al que se refiere El Presbitero Julian Llamozas, en su escrito" Acontecimientos Políticos de Calabozo. Primeras armas de Boves. Combates de Santa Catalina, Mosquiteros y San Marcos", es justamente el padre de los López de Oriola:
    "Derrotadas las primeras tropas opresoras que bajaron cobardemente por el Apure, llegaron las primeras noticias a esta ciudad de los triunfos de Bolívar. Su proclama de guerra a muerte que aterrorizo a los enemigos, circulo en esta ciudad: ella animo a un punado de hombres reunidos en San José de Tiznados para enviar aquí con un supuesto soldado de la caballería de vanguardia libertadora con cucarda y banderola tricolor un pliego al Comandante Garrote para que entregase el mando y las armas a Juan José Revenga ó a Rafael Negrete, amenazándolo con que de no verificarlo pasarían con tres mil hombres a esta plaza y la tomarían por la fuerza, cuya farsa sufrió el efecto deseado, porque turbado Garrote convoco un Cabildo extraordinario, y manifestando el pliego a la reunión, los exhortó a la defensa del Rey, a lo que contestaron unánimemente su desafección. Esta resolución, bien pronunciada causo en el jefe un temor que le obligó a entregar el mando a Rafael Negrete por estar ausente Revenga. Rendidas las armas de este modo, las pasaron a manos de los vecinos patriotas, que arrestando los soldados realistas se acuartelaron y velaron por su seguridad. El Cabildo reunido en sesión permanente dictó cuantas medidas estaban a su alcance despachando una comisión cerca del General Bolívar cuya vanguardia suponían en Tiznados y que teniendo que pasar hasta Valencia, su retardo ocasionó otra con el mismo objeto, pidiendo seguidamente a Villa de Cura el auxilio de gente, que efectivamente vinieron hasta el río desarmados, al mando de Rafael Pereira, proveyéndolos por la noche de armas, entraron a la plaza al amanecer.
    Contentos ya los vecinos Calaboceños con este refuerzo, puso Pereira presos a más de sesenta Europeos avecindados aquí. Sabido Bolívar por la comisión de la situación de esta plaza, envió desde La Victoria de Comandante General a ella con sesenta dragones, al Teniente Coronel Tomas Montilla. Este, cumpliendo con las ordenes de aquel jefe organizó los Tribunales Civiles y Militares por elecciones populares, recayendo el mando de Teniente de Justicia en Pedro Manuel López; seguidamente se nombró un tribunal de doce notables para juzgar a los europeos arrestados, quienes solo fueron penados con multas, según sus proporciones y puestos en libertad bajo de fianza seguidamente."

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