domingo, 19 de diciembre de 2021

EL GRUPO DE HISTORIA Y EL ENCUENTRO CON LOS AFECTOS, Autor: Ubaldo Ruiz

                                                                                                       

            Como es sabido por quienes han participado en estos Encuentros de Cronistas e Historiadores, que año tras año, desde 2006, se han celebrado en esta Villa de Todos los Santos de Calabozo, las instituciones organizadoras de tales eventos culturales han sido, el Ateneo de Calabozo, y el Grupo de Historia Regional y Local “Efraín Hurtado” de Calabozo. El Grupo de Historia, casualmente ha arribado durante este año 2021 a su vigésimo aniversario de vida, pues fue fundado el 29 de junio de 2001 por varios de los participantes en un Taller de Historia Regional y Local que durante tres fines de semana de aquel mes y año se celebró en la casa natal del poeta Francisco Lazo Martí, sede del Ateneo calaboceño. El mismo fue organizado por dos instituciones culturales, una de Calabozo, y otra de Caracas.

            El Ateneo de Calabozo, presidido por el abogado Rubén Páez Díaz, y la Casa Nacional de las Letras “Andrés Bello”, encabezada por el poeta y escritor Luis Alberto Crespo, organizaron e impulsaron la realización de un Taller de Historia Regional y Local, que, como se dijo, fue dictado durante tres fines de semana en la sede del Ateneo por el historiador Arístides Medina Rubio. Durante el cierre de la actividad algunos de los participantes tomaron la iniciativa de continuar reuniéndose semanalmente con el fin de tratar temas referidos o relacionados con la historia en general, pero haciendo especial énfasis en la región llanera. Así nació el Grupo de Historia Regional y Local de Calabozo, que en un principio estuvo adscrito a la Cátedra Libre “Efraín Hurtado” del Ateneo, de donde tomó su nombre cuando adquirió personalidad jurídica.

            Los integrantes del Grupo de Historia durante estos veinte años han hecho mucho más que sentarse a conversar semanalmente acerca de nuestra historia. En esta época, y este medio, signados por lo efímero, este Grupo ha constituido un caso rarísimo de persistencia y perseverancia en elaborar proyectos y trabajar para su correcta y cabal ejecución. En algunos se ha alcanzado el éxito, y en otros no tanto. Cuando algún historiador emprenda la tarea de hacer, por ejemplo, una Historia de la Educación Universitaria del Estado Guárico, difícilmente podrá soslayar que nuestra entidad ha sido la sede de la tercera Escuela de Historia del país, y entre la documentación que deberá consultar para establecer la verdad histórica de este acontecimiento, están los libros de actas del Grupo de Historia, en donde podrá leer en qué día exacto se abordó por primera vez la idea de crear una Escuela de este tipo, así como las personas involucradas en esa iniciativa. Igualmente, se enterará ese hipotético historiador, en la misma fuente, acerca de todo el proceso inicial de siete años que dio como resultado el Decreto de creación, por parte del Consejo Nacional de Universidades, en 2009, del Área de Humanidades, Letras y Artes de la Universidad “Rómulo Gallegos”, con sede en la ciudad de Calabozo, y con el programa de Licenciatura en Historia. Sin consultar los archivos privados del Grupo de Historia todo estudio que pretenda abarcar en su integralidad la Educación Universitaria guariqueña resultará incompleto.

            En el transcurso de la celebración de una de las primeras reuniones del Grupo de Historia, por allá durante los meses finales de 2001, hace veinte años, se recibió la visita del Cronista de la ciudad de Maracay, profesor Oldman Botello. Ello fue motivo para desarrollar una agradable y fructífera conversación entre el prolífico historiador y mejor amigo, y los miembros del Grupo, y entre los temas que se abordaron en esa oportunidad, el visitante, después de celebrar la conformación del mismo, planteó la posibilidad de organizar aquí en Calabozo un Encuentro de Cronistas, al estilo de los que ya se habían realizado, y se desarrollaban en otras localidades del estado Guárico. Los meses siguientes el Grupo de Historia  estuvo ocupado en las actividades relacionadas con el impulso de la Escuela de Historia, por lo que la organización de ese sugerido Encuentro de Cronistas fue pospuesto; sin embargo ello no constituyó obstáculo para que algunos de los miembros del Grupo participáramos en los eventos que se realizaban en Valle de la Pascua, organizados por el recordado amigo Felipe Hernández. En el año 2004 llevamos a ese Encuentro varias ponencias, entre las que destacaba la propuesta de la Escuela de Historia.

            Nuestra participación en aquella actividad de 2004 en Valle de la Pascua constituyó toda una experiencia para quienes asistimos a leer las ponencias que llevamos. Allí percibimos lo que significaba un acto como ese. Pudimos notar que la lectura de las ponencias, es decir, la exposición oral ante una audiencia reunida especialmente para eso, era una manera muy especial que se brindaba a los expositores de divulgar sus trabajos de investigación, o sus opiniones escritas que acerca de diversos temas ellos tenían a bien manifestar. Se trataba de una especie de diálogo, formalizado mediante la exposición oral de ideas ordenadas en una ponencia elaborada a priori, y las respuestas de la audiencia con sus opiniones acerca de cada lectura. Pero también el Encuentro permitía entablar conversaciones menos formales sobre todos los temas imaginables que son abordados por los amigos que se reúnen con el fin de construir y consolidar vínculos académicos y afectivos. En aquel 2004, en Valle de la Pascua nos encontramos los viejos amigos de siempre, pero también convergimos con los simples conocidos que a partir de allí se convirtieron en amigos, y con los desconocidos que eventualmente pasaron igualmente a ocupar el lugar de la amistad. Fue un encuentro con la Historia, pero sobre todo, se convirtió en un espacio para compartir afectos. Desde ese momento asistimos todos los años a Valle de la Pascua para participar como ponentes, hasta 2008, lamentablemente el último de esos Encuentros.

            Hasta entonces solo habíamos oído hablar del Doctor Felipe Hernández, organizador de los eventos, y después Cronista oficial del Municipio Infante. Allá lo conocimos en persona y nos convertimos en sus amigos. Conocimos en Valle de la Pascua, en esos Encuentros, al Cronista de Tucupido, José Garibaldi Soto, oímos sus ponencias, y tuvimos la oportunidad de conversar con él en algunas ocasiones. Conocimos igualmente a otros muchos cronistas de diversos lugares del estado Guárico y de otras entidades federales. Especialmente recordamos a los cronistas de Camaguán, Ítalo Jiménez Laya, acompañado casi siempre de una hija suya, a la que le había dado por tarea la lectura de sus ponencias; y de El Sombrero, Manuel Aquino, de quien había leído muchas veces sus artículos, publicados en la prensa regional. Todos ellos se marcharon a otro plano, y ahora los recordamos a través del afecto construido desde el intercambio académico y la tertulia amistosa.

            En el Encuentro de Cronistas de Valle de la Pascua de 2005, en una conversación de amigos sostenida entre varios calaboceños con Oldman Botello, este nos recordó la propuesta de organizar en nuestra Villa de Todos los Santos un acto como el que allí se había desarrollado hasta entonces. Oldman dijo algo como: “Ustedes tienen todas las condiciones para realizar un Encuentro de esta magnitud, lo que deben hacer es ejecutarlo”. A partir de 2006, y con la sola excepción de 2010, el Grupo de Historia Regional y Local “Efraín Hurtado” de Calabozo, y el Ateneo de Calabozo, han organizado exitosamente el Encuentro de Cronistas e Historiadores de Venezuela en Calabozo, por lo que durante este 2021 se está realizando la edición número quince, el XV Encuentro de Calabozo. Al principio, y durante los cuatro primeros años las mencionadas instituciones organizadoras lograron incorporar el apoyo de la Alcaldía del Municipio “Francisco de Miranda”, incluso se consiguió el financiamiento de la edición de las ponencias de los tres primeros Encuentros, gracias a la respuesta positiva que dio el Alcalde de la época, Dr. Teófilo Rodríguez Díaz; pero a la larga, quienes han encabezado esa instancia de Gobierno local no han entendido ni valorado la importancia y trascendencia que dicho evento ha tenido para la divulgación del conocimiento histórico local y regional, y mucho menos han comprendido el valor que ha tenido en el cultivo de las amistades que en él se han verificado. Durante dos años se contó con el apoyo del Ministerio de la Cultura, a través del Centro Nacional del Libro, pero esos apoyos también se extinguieron. Las últimas ediciones presenciales fueron posibles gracias a que se ha podido lograr la colaboración de algunas empresas privadas instaladas en la ciudad de Calabozo. Este año, como el pasado, la pandemia que azota al mundo ha obligado a celebrarlo de manera virtual.

            Durante esas trece oportunidades en las que se ha organizado de forma presencial el Encuentro de Cronistas e Historiadores de Venezuela en Calabozo, este se ha convertido en convergencia de múltiples y variados participantes. También aquí se han intercambiado muchas ideas literarias y académicas, como obligan los objetivos que se proponen los eventos de este tipo, pero también se  han cultivado muchas amistades y afectos, como acostumbran las circunstancias en toda reunión de seres propensos a compartir su humanidad con sus semejantes. A Calabozo han acudido durante estos dieciséis años numerosos historiadores y cronistas de diversas latitudes del país, lo que ha convertido a nuestra ciudad y a nuestro Encuentro de Cronistas en referencia obligada en la agenda y el calendario de eventos de este tipo.

Sería muy difícil y riesgoso dedicarse a elaborar una lista completa de los participantes en esta cita anual de Calabozo. Pero es necesario recordar en este punto a algunos de esos cronistas, que merced a los intercambios de conocimientos y afectos propios de estos Encuentros se convirtieron en amigos. Es preciso nombrar a Felipe Hernández, Cronista de Valle de la Pascua; a José Garibaldi Soto, Cronista de Tucupido; a Félix Celis Laya, Cronista de El Sombrero; y a Daniel Chalbaud Lange, participante asiduo en los Encuentros de Calabozo. Todos ellos fallecidos entre 2020 y 2021, y todos ellos convertidos en amigos durante los intercambios producidos en el seno de las reuniones anuales convocadas para leer las ponencias de cada uno. Hoy las instituciones organizadoras los han convertido en objeto de reconocimiento honorífico por sus aportes académicos, y por sus aportes a la amistad.

Si algún regalo se le puede ofrecer al Grupo de Historia Regional y Local “Efraín Hurtado” de Calabozo en su cumpleaños número veinte, sería desearle larga vida, a fin de que continúe organizando los Encuentros de Cronistas e Historiadores de Venezuela en Calabozo, pues cuando la pandemia le permita al mundo el retorno a la normalidad, estaremos esperando a los visitantes en nuestra ciudad de Todos los Santos para volver a reencontrarnos con los afectos.

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