La
oscuridad envuelve la sabana, cae la lluvia y de repente una tormenta en el
llano.
Pronto
el sol corta el horizonte con una herida de luz que va despertando a las aves.
La madrugada aún oscura se aferra a la tierra…La
brisa se detiene de repente como cediendo el paso a la mañana…
Así narra el cronista el amanecer en la inmensidad
del llano.
Narraciones históricas escritas entre finales del
siglo XV y el siglo XVIII fueron llamadas Crónicas de Indias convirtiéndose en
la literatura predominante durante la Colonia, con sus propias peculiaridades y
sus importantes transformaciones cumpliendo una función testimonial y con la
finalidad de pretender narrar la verdad de los hechos.
Pero es en el siglo XVIII cuando comienza una nueva
realidad, una mirada más serena, analítica y critica de las crónicas.
Es por ello que la sociedad venezolana asume al
Cronista como “un ciudadano necesario”, símbolo
de identidad, para la indagación, conservación y defensa de su pasado,
como también de “apropiación del presente” para reconstruir un porvenir
inmediato.
Desde el nombramiento del primer Cronista de Ciudad
en Venezuela, la historia local o microhistoria no se concibe sin la presencia
del historiador local.
Aconsejaba don Simón Rodríguez a su discipulato: “en
cuanto a ti, en quien noto cierta propensión a la historia, quiero darte un
consejo, y es este: si alguna vez pretendes y
puedes escribir, cuéntales a tus compatriotas en términos sencillos y
sin lujo de fantasía lo que sepas sobre tus antepasados, para que aprendan a
respetar su memoria, a reverenciarla y a reconocer sus sacrificios”.
Por ello, el cronista, es la conciencia de la
ciudad, un hombre con capacidad y coraje que lo identifiquen con su entorno,
con una conciencia lucida y con la valentía de empeñar la vida más allá, y en
respaldo de la palabra escrita.
En este sentido es justo el reconocimiento que en
este XV Encuentro de Cronistas e Historiadores de Venezuela en Calabozo se hace
a los homenajeados en esta ocasión: Lucas Guillermo Castillo Lara, historiador
y cronista en el centenario de su nacimiento; Monseñor Helímenas Rojo Paredes,
Arzobispo emérito de Calabozo; Felipe Hernández, cronista de Valle de la
Pascua; Félix Celis Lugo, cronista de El Sombrero; José Garibaldi Soto,
cronista de Tucupido; Daniel Chalbaud Lange y al grupo de Historia Regional y
Local “Efraín Hurtado” de Calabozo en su vigésimo aniversario, quienes
pertenecen ya por sus indiscutibles méritos e innegables valores a lo más
entrañable del patrimonio regional.
Y como advertía Enrique Bernardo Núñez: “si el
pueblo es el cronista, entonces la conciencia de su soberanía popular deberá
traducirse en la obra del Cronista”, símbolo de identidad…
Soy Evelio Varela, Cronista Oficial del Municipio Guásimos, Capital Palmira, en el Área Metropolitana de San Cristóbal para hacerles llegar un cordial abrazo y decirles que este Pueblo Andino, arriba este l5 de junio , como pueblo de Historia Colonial, a los 395 años de fundación. 15 de junio 1627. Mi correo: joseeveliov@gmail.com
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