XVI
ENCUENTRO DE CRONISTAS E HISTORIADORES DE VENEZUELA EN CALABOZO 2022
Humedales de la Mesa de Calabozo
Eduardo
López Sandoval /
La RAE nos
dice de Sobrevivir: “Durar o seguir existiendo”. Yo le agrego: “después de dar
vida a los europeos y europizados por siglos, y antes, a los indios por miles
de años después de pasar el Estrecho de Bering”
Antes de
entrar en materia nos preguntamos ¿Qué son los humedales y por qué es
importante conservarlos, ...que sobrevivan?
Los
humedales son los mismos ecosistemas que llamamos ojos de agua, manantiales,
aguadas, quebradas, lagunas, esteros, caños o ríos, son áreas que permanecen
inundacdas, o con el suelo saturado durante períodos de tiempo. Hay muchos
tipos de Humedales en el mundo, todos tienen un elemento en común, la presencia
del agua, que es la vida en el planeta.
Los
Humedales no sólo son un reservorio, de pájaros, garzas, palmeras, masaguaros y
monos y araguatos, más que eso son la vida misma, de allí su importancia.
Las nuevas
tecnologías nos permiten observar desde el cielo de los satélites la
progresiva muerte de estos espacios verdes y húmedos; hay una hipótesis que
emerge de este trecho desértico de la tierra hecho por los humanos,
-desesperada y desesperanzada: ”En la medida que disminuyen los Humedales
aumenta la temperatura del Globo”. La sencilla solución es entonces detener la
progresiva muerte de los humedales para así detener la subida del termometro
del mundo, e incluso, hasta bajar la calentura en la medida que podamos
realizar la no tan sencilla por lo apocalítica labor de rescatar los
rescatables Humedales que en los últimos años han sido víctimas de serios
intentos de ecocidio.
¿Por qué
el verbo sobrevivir en el título asociado con la Mesa de Calabozo?
Porque
esta Mesa ha sido obsequiada por Dios con los más variados, hermosos y
numerosos Humedales del mundo, pero también un número importante de éstos ha
sido asesinado por las maquinas amarillas de orugas de acero, y rojas de la
muerte del más frío olvido.
Usamos en
esta Ponencia pasajes de la Novela Histórica, -texto nuestro: Yo,
Carchidio, el Doctor Italiano, obra por editar, y que valga la cuña, estará
pronto en Amazon.
Enumeramos,
colocados a mediados del siglo XX, tiempos de esta Novela Histórica en los
cuales el médico italiano Gerónimo Carchidio y el abogado Luis Reina hacen la
gesta exploratoria de visitar estos Humedales bien repartidos por Dios en esta
inmensa Mesa, y de hurgar en los textos de la época las escuetas referencias
históricas a algunos de éstos.
Uno.- La Aguada Arriba. Cito textual a la Novela Histórica en comento:
“Carl Sachs se refiere de seguidas a la llamada Aguada Grande de la historia,
que hoy, en la mitad de este siglo XX, con bastante simpleza recibe el
nombre de Laguada o La Aguada, como si no hubiera otras aguadas en esta Mesa.
Recordamos el pasadizo que está en el salón de la casa, donde por mera
eventualidad jugábamos la acostumbrada partida de ajedrez de esa ocasión, en el
que hay un túnel que es el sitio preferido de juego de mis niñas y sus
amiguitas, que está derrumbado en su posible desarrollo, que posiblemente, y he
allí nuestra hipótesis, es un pasadizo de escape que usaron en los tiempos de
guerra pretéritos propietarios, que era posible que para escapar los llevara a
la Aguada Grande...”. Es “La Aguada Arriba, que está al final de la Calle
García, a un costado de la Calle Crespo, que se tiene en esta Villa como la
fuente de agua de los blancos en tiempos coloniales.
“Dos. La Aguada Abajo, las que de acuerdo con las mismas fuentes de la conseja
popular se tiene como la aguada de los indios en épocas en las cuales este
pueblo era parte de la Provincia de Caracas, jurisdicción de ultramar de
España. (...)
“Tres.
Un poco más arriba de la corriente del río Guárico está el hermoso manantial
que los lugareños llaman Pozo Azul, alrededor del cual hay una barriada en
formación que ya los vecinos empiezan a darle el mismo nombre, Barrio Pozo
Azul.
“Cuatro. Más al Este de Pozo Azul, en la Sabana Los Placeres, está el manantial de
mis más caros recuerdos, porque allí conocí a la mujer de mi vida, Clemencia
Díaz, que se tiene como la fuente de agua de los individuos de piel
morena en otros tiempos, que después, hace un par de años, en 1945, se instaló
este tanque de agua que vemos hoy, que alimenta de agua potable a toda la
población.
(Vale este
paréntesis por el verbo sobrevivir del Manantial Los Placeres, que ya ni el
nombre recordamos. Cuentan que en la década del 30 del siglo pasado, Gómez en
las postrimerías de su larga Dictadura, se sucedio una gran sequía en esta Mesa
que unió dos veranos, cerca de 20 meses sin una gota de agua de las nubes,
verano que ceñudo apunto a la inexistencia del poblado y sus misiones, aunque
usted no lo crea, los aljibes se secaron todos, el río Guárico paró su
corriente, sólo quedaron pozos inútiles por lo putrefactos, el más cercano a
los pueblos se llamaba El Zamuro, cerca de Los Ángeles, que en la construcción
de la Represa quedó bajo ésta; los ganados vacunos, que formaban la única
actividad de producción de la población fueron trasladados a los bosques de
galerías del Caño Panzacola y el Guariquito Blanco, únicos Humedales que no se
secaron en el rapio de sol general; cuentan que los llaneros, en el plan del
río Orituco hicieron un aljibe y sólo a los 6 metros encontraron un poco del
vital lìquido, ... ¿y las canoas del Orituco servían para algo en la ausencia
del río? Sí. Los llaneros las colmaban de agua para que los bichos y bichitos
del monte que en cardumen venían con la rabia de la muerte en sus fauces,
a alargar la vida. En Calabozo la única fuente de agua que sobrevivió -y con
ésta el pueblo mismo, fue el Manantial Los Pláceres, en el sitio del mismo
nombre, Sabana Los Placeres, en lo que hoy es el Barrio Caja de Agua y
Merecurito. Allí formaban fila permanente mientras hubiera luz del sol, ...y
agua, todos los calaboceños; donde el ingeniero José Antonio Troconis,
profesional recién graduado, quien en el uso de sus saberes se las ingenió para
que el mermado manantial Los Placeres riendiera para que Calabozo siguiera
haciendo valer su Derecho a Existir Bajo el Sol. Llovió, pero esta
realidad hizo que las autoridades tomaran la decisión de construir la caja de
agua que inauguraron en el año 1945, que era alimentada por este manantial
hasta que ya insuficiente el chorro de Los Placeres para la creciente población
fue suplida por una tubería que trajeron de la represa recién construida... Fin
del largo paréntesis, seguimos con la relación de Humedales que extraemos de la
citada obra, la Novela Histórica Yo, Carchidio, el Doctor Italiano.)
“Cinco. Ojo de agua que está en el Hato San Diego, donde hicieron el primer
intento por construir la ciudad de Calabozo, que se llamó Jesús Nazareno de
Calabozo en 1795, que está fuera de la ciudad, en la vía hacia El Sombrero,
poco antes de llegar al pueblo de Palo Seco.
“Seis y
Siete. Las llamadas Lagunas del
Ique que son dos manantiales, uno es el propio Ique y el segundo recibe
el femenino nombre de Elsita, aledaños a la iglesia de la Misión de los Ángeles
o Misión de Arriba.
“Ocho. Es el tercer manantial que está cercano a la iglesia de la Misión de
Arriba, al norte de la iglesia, entre ésta y el río Guárico, sin nombre.
“Nueve. Corrientes del río Guárico más arriba de Pozo Azul, está el manantial que
hace la Quebrada de la Cruz del Perdón, que nace en el exacto sitio donde está
este ícono cristiano, que le da el nombre al vecindario, Barrio Cruz del
Perdón, y que era en tiempos coloniales el hito que dividía el pueblo de
indios de la Misión de Arriba, o Misión de Los Ángeles, de esta Villa de Todos
los Santos de Calabozo.
“Diez. Subiendo el río, a poco menos de un kilómetro de la Quebrada de la Cruz
del Perdón, nos encontramos con un manantial que los pescadores del río Guárico
llaman el Charco Guabinero, que lo usan, además de para los baños de
distracción sana de los muchachos todos los días, para el sancocho de las
familias los fines de semana y tiempos de Carnaval y Semana Santa, como usan
todos los demás manantiales con preferencia los de su cercanía, todas las
familias calaboceñas, además, y de allí quizás su nombre, Guabinero, porque lo
usan para obtener las carnadas, que es el necesario insumo para la pesca mayor
que realizan en el cercano río Guárico.
“Hacemos
de nuevo uso del texto DE LOS LLANOS, del Médico alemán que visitó a
estas tierras el siglo pasado, quien esta vez nos alecciona acerca del uso de
distracción sana que tienen estos manantiales para los calaboceños todos y para
los visitantes en los tiempos en que halagan estas tierras con sus presencias.
“En la
página 115 de la obra citada, nos dice de la Quebrada de Marchena en la Misión
de de la Santísima Trinidada de Marchena:
“Los
calaboceños saben apreciar debidamente las ventajas de este sitio. En los meses
cálidos y secos del verano, se montan a caballo por la tarde o por la mañana en
buena compañía; se llega en menos de una hora a la aldea; se amarra a los
animales cerca de una de las grietas, y se pasa largo rato en el baño, para
entonces regresar refrescado. Muchas de las familias ricas de Calabozo hasta
tienen casas de campo en la aldea Misión de Abajo, donde pasan en el goce
imperturbable de los baños los cálidos meses de sequía.”
“Once. En el sur franco de esta ciudad, cerca de la Misión de la Trinidad, se
encuentra un tercer manantial cercano a la iglesia que también está rodeada por
tres manantiales, tal la Misión de los Ángeles, que es el manantial La
Cabecera.
“Doce y
Trece. Los sitios escogidos por
los Misioneros, guiados por los indios y por Dios en 1723, para construir
tanto la Misión de los Ángeles como la Misión de la Trinidad, estaban rodeados
de tres ojos de agua cada uno, en la Misión de Abajo, además del recién
señalado Manantial La Cabecera en sus cercanías, estaban los señalados más
arriba, visitados por el sabio Humboldt y el padre Cortés de Madariaga; se
conocen como El Tinajón y El Chorrote, uno de los cuales es considerado termal.
De esta condición termal nos dice Ramón Páez, el hijo del que fuera Presidente
de Venezuela en ocasiones varias, en el año de 1842 en que visita estos Llanos
en compañía de su padre, que: “Algunas de aquellas fuentes son termales, pero
no tan cálidas que impidan tomar en ellas un refrescante baño, habiendo una vez
observado que, de dos arroyos que juntos corrían, uno era frío y otro cálido.
Las tierras que bañan los ríos Orinoco y Amazonas parece como si fueran
particularmente propicias al desarrollo de esta noble especie de palmera y así
Linneo, entusiasmado por tan espléndida familia, las titula los "príncipes
del reino vegetal””.
“Ramón
Páez cuando escribe “esta noble especie de palmera”, se refiere a los
morichales, cuando menciona a Linneo, había escrito en párrafo anterior:
“…ofrecen así todas las condiciones propicias para el moriche”.
“Catorce. Además de los manantiales que forman lo que en estos Llanos llaman ojos de
agua, están las lagunas, que seguro tienen un manantial en lo más interno de su
formación, como la Laguna del Vicario, que hace este número catorce de esta
numeración; para la agregación de ésta a estas notas el doctor Luis Reina trajo
el texto Historia de la revolución de República de Colombia en la América
Meridional de José Manuel Restrepo, que cuando habla de las
actividades previas a la Batalla de Calabozo, del 12 de febrero de 1818,
leímos: "…el general español hizo también un reconocimiento hasta la
laguna nombrada el Vicario, por la parte de abajo, a la cabeza de algunos
húsares y de su estado mayor.”
“El texto Biblioteca
de historia nacional, Volumen 100, Página 291, abunda en este sentido de
las acciones de los realistas previas a la Batalla de Calabozo de 1818, así:
“Morillo, que había observado desde la torre de la iglesia todos los
movimientos de su contrario, salió entonces con el Estado Mayor a practicar un
reconocimiento y avanzó hasta la laguna del Vicario”.
“Esta es
una de las lagunas que están registradas en el saber de las gentes de Calabozo
como los lugares que el científico, revelado por el barón Alexander von
Humboldt de esta Mesa de Calabozo para el mundo, don Carlos del Pozo,
seleccionó para instalar los pararrayos, que exceptuaron a esta ciudad, desde
la Colonia, de ser alcanzada por los desastrosos -por letales- efectos de los
rayos eléctricos de los días de lluvia con tormentas. En este espacio surgió un
marcado disenso entre los dos Doctores que platicaban sobre un tema que no
estaba ni cercano a sus especialidades médicas y jurídicas, uno de los
contertulios mantuvo que el científico Del Pozo instaló los pararrayos por
influencia de la sabiduría de Humboldt, y el otro Doctor mantuvo que el
científico cumanés, don Carlos del Pozo, fue quien inventó dichos aparatos,
como es creído por las gentes más estudiadas de esta otrora capital del estado
Guárico.
“Quince. La Laguna de Las Flores, que está en la vía que va hacia la población de
El Sombrero. Nos quedó una enorme duda por resolver a este par de
investigadores aficionados acerca de tan particular nombre, ¿por qué Las
Flores? La curiosidad sólo quedó en hipótesis; los llaneros son sobrados
machistas, siempre colocan nombres masculinos a los sitios, que hacen directa
alusión al macho y excluyen a la hembra, es así que hay un lugar que se llama
Paso del Caballo y no Paso de la Yegua, la Laguna del Perro y nunca la Laguna
de la Perra. Las Flores, si se refiere a mujeres con ese apellido, es una
cuestión bien particular, como lo es que en la ciudad una de las calles era
denominada en otros tiempos Calle de Las Piñas, para hacer alusión a las damas
de apellido Piña que vivían en esta vía.
“La
hipótesis es: en estos sitios vivieron unas muy destacadas damas con esos
apellidos, Flores y Piña, para que tuvieran trascendencia sobre los nombres de
los machos que se imponen por lo general, hipótesis que quedó sin comprobarse
con una exhaustiva investigación. También esta Laguna de Las Flores fue un
lugar de aguas naturales escogido por el científico Del Pozo para instalar uno
de sus pararrayos.
(...)
“Dieciséis. Es la Laguna del Perro que se encuentra en la vía hacia Paso de Orituco.
Es una de las fuentes de agua que forman lagunas donde el científico llanero
venido de Cumaná, Carlos del Pozo, instaló uno los pararrayos sugeridos por
Humboldt o inventados por él mismo.
“Diecisiete. Aguada de la Vega Españolera, este manantial fue otro de los sitios
seleccionados por Del Pozo para instalar uno de sus pararrayos, estaba en la
llamada Vega Españolera, que está en el propio casco de la ciudad, al borde de
la Mesa, en las calle Crespo al final, en el oeste de la Villa.
“Además de
los tres últimos sitios nombrados, la Laguna de las Flores, Laguna del Perro y
Aguada de la Vega Españolera, que se tienen como lugares donde Del Pozo apostó
los pararrayos, instaló uno en la Laguna del Vicario y otro en la propia
Iglesia Catedral, donde colocaban barricas de agua en el suelo al final de los
cables del aparato eléctrico; este par último no se numera, el de la de la
Laguna del Vicario, porque ya se numeró, y el segundo, el de la
Catedral, tampoco se numera porque no es un manantial natural, que son
los que se cuentan en este aparte.
“Dieciocho. Otra laguna que se cuenta dentro de las bellezas naturales que nos
obsequió Dios para la realización feliz de la vida de todos los llaneros que
hubieran tenido la dicha de nacer aquí o de los viajeros que se hubieran
encontrado esta Mesa de Calabozo en su camino, es la Laguna del Tapiz, que se
tiene como el lugar donde el poeta Francisco Lazo Martí escribió la primera
versión de su Silva Criolla.
“Diecinueve. Es la célebre por la Guerra de Independencia Laguna de Los Patos. Este fue
uno de los pocos ojos de agua de esta Mesa de Calabozo que este par de amigos
no visitó, muy a nuestro pesar, porque todos los que la conocían nos comentaban
al unísono que este ojo de agua era el más hermoso de todos los visitados, y el
más extenso, que por la belleza de todos los visitados era bastante decir para
que nos quedáramos con las frustradas ganas de conocerlo, pero sí leímos
que en estos espacios se escenificó una batalla en la guerra que dio como
resultado la independencia de este país de España, que tuvo lugar el 20 de mayo
de 1818. En esto de las batallas sí la bibliografía en este país sobra, leímos
el texto Documentos para la historia de la vida pública del Libertador,
que en su página 572 nos dice: “Mayo 20.- Batalla en la "Laguna de
los Patos " junto á Calabozo, perdida por el General Cedeño contra
Moráles, á consecuencia de una insubordinación del Coronel Aramcudi “ (Sic. En
otros textos se dice coronel Aramendi).
“Veinte. Aguada del Rosario, está en la vía hacia El Sombrero, después de la
población de Palo Seco, poco antes de llegar al desvío de los viajeros que
vienen de El Sombrero y que van para Palenque o El Calvario, este es otro de
los pocos ojos de agua no visitados por este par de investigadores aficionados.
En el saber de la gente de Calabozo se tiene a este manantial como frontera,
que el sabio Humboldt haciendo de Geógrafo marcó como límite en el naciente, en
el triángulo hipotético que hace esta Mesa de Calabozo, siendo los otros dos
lados de esta formación los ríos Guárico y Orituco. La frontera poniente la
marcó Humboldt, de acuerdo con la conseja del calaboceño, en el Paso de
Veritas, paso de río que es uno de los principales accesos de la ciudad de los
viajeros que vienen del sur.
“Veintiuno. Morichal de Guaitoito, que está en el área cercana al río Guárico
denominada con el mismo nombre, Guaitoito. El nombre Guaitoito, que recibe el
espacio un tanto más amplio donde se encuentra este morichal fue razón para que
realizáramos una interesante discusión, esta vez con la presencia del
historiador Jesús Loreto Loreto, -el mismo que citamos repetidas veces, de
libro que gentil nos obsequió Lugares y Gentes de mi pueblo, que es
insumo fundamental del presente libro-, quien comentó que este nombre,
Guaitoito, posiblemente se lo habían dado a esta área porque estas fueron
tierras de vega, o de labor para la siembra, concedidas al mismo Fundador a
quien lo habían dotado de las tierras para su hato, a las que llamó Guaitoco, y
le dio a éstas, por ser una posesión mucho más pequeña, por supuesto, que las
tierras para el hato de ganado, el diminutivo del mismo nombre, Guaitoito. Se
informó además que el apellido de este Fundador es posible que fuera Ramírez.
Se aclaró que Guaitoco es la palabra de los indios de la zona con la que en su
lengua identificaban al árbol que en castellano llamamos ceiba.
“Este fue
otro de los aspectos que se escriben en estas notas como cuestiones que deben
ser corroboradas por una investigación histórica profesional en los tiempos
mediatos por venir.
“Veintidós. Es el manantial que está en la casa de don Luis Viso Hurtado, respetado
ciudadano de esta Villa, fallecido en la década pasada, ubicada en el suroeste
de la ciudad, en cuyos terrenos se halla la aguada que denominan El
Curro, al parecer por el apodo de un hombre que vivió en estos terrenos. De
esta Aguada El Curro nos dice Loreto Loreto, en la misma página 22, donde ha
hecho la alusión a la Aguada Arriba y la Aguada Abajo como las principales
fuentes de agua de la ciudad, lo que sigue: “Seguían en importancia las vegas
de don Julio Rodríguez Silva; y de don Luis Viso Hurtado en cuyos terrenos se
encontraba otra aguada que denominaban “El Curro”; apodo de un señor Rodríguez
anterior propietario…”
“Nos
confesamos que esta lista no está concluida por completo, cuando terminamos
ésta algunos de los Doctores a los que se la dimos para que le hicieran
observaciones nos señalaron diferentes reparos, como por ejemplo, que en la
Sabana del Tapiz, al Este de la ciudad, donde se encuentra la Laguna del Tapiz
referida, en estas sabanas también se ubican la Laguna Clara y la Laguna de las
Pipas.
“Además,
entre la Misión de Arriba y esta ciudad está un ojo de agua cercano al referido
Charco Guabinero, que se llama Laguna de Coco de Mono. Como se ve esta es una
lista de manantiales de la Mesa de Calabozo incompleta.
“Otra vez.
Queda para los calaboceños enamorados de su tierra ubicar, conocer para querer
y conservar estas bellezas naturales que les obsequió Dios. La lista con estos
últimos tres manantiales referidos hace Veinticinco, invitamos a quienes lean
estas líneas a completar estas notas: para conocer los restantes manantiales,
que es forzoso requerimiento para quererlos y conservarlos, repito.
“Terminada
la parcial lista de ojos de agua, manantiales y de lagunas, sintetizamos las
conversaciones y lecturas referidas a la creencia que indican que Carlos del
Pozo inventó el pararrayos, que en número más que suficiente instaló en esta
mesa para la protección de la ciudad y tranquilidad feliz de sus habitantes.”
LOS
HUMEDALES MUERTOS:
Uno.- Entre paréntesis se han colocado comentarios que intentan contextualizar el
contenido del libro de los años cuarenta del siglo pasado con estos tiempos de
la tercera década de este siglo de Calentura Global. No todos los Humedales de
Calabozo han sobrevido a la acción depredadora del calaboceño; por ejemplo, ya
en los tiempos de la novela existía el afamado Puente Toledo, a la distancia la
existencia de esta obra civil, un puente, nos dice que hay una corriente de
agua, pero cuando buscamos ésta no está, concluimos que la construcción no se
hizo para pasar la quebrada, fue para matar esta corriente de vida, a la lápida
no le dejaron una inscripción con el nombre del fallecido. Nos cuenta el
profesor Rafael Delgado, avezado Buen Padre de Familia de esta Villa, que muy
niñó él su padre lo llevó a este lugar y puede recordar a jóvenes adultos que
se daban sus chapuzones en este Humedal, este ojo de agua es posible que haya
sido formado por un morichal que Castillo Lara refiere en su Derecho a
exixtir bajo el sol como El Morichalito.
Dos.- En el libro comentado se dice: “Además, entre la Misión de Arriba y esta
ciudad está un ojo de agua cercano al referido Charco Guabinero, que se llama
Laguna de Coco de Mono”, este manantial que estaba detrás del Polideportivo ha
sido borrado del mapa; cuentan los más avezados que en los años setenta se
realizaron en este Humedal piques fangueros, maltratro que dió como
resultado la muerte de esta fuente de vida. Pero también nos cuentan los
futbolistas sesentones, que muchachos practicaban este deporte en el
Polideportivo, que después de las prácticas todos se echaban su buen clavado en
este ojo de agua.
Tres.- Laguna del Perro. En el sector que aún se llama así, El Perro, existió una
hermosa laguna que en la construcción de la carretera que va de Calabozo a Paso
del Caballo se le atravesó al poco ingenioso Ingeniero que la proyectaba, y la
tapió con asfalto. Hoy en las imagenes que toman los satelites en verano, en
los más seco de la sabana, en las orillas de la carretera asesina, se destaca
el verdor de este Humedal que parece gritar por su vida que también es la
nuestra.
Cuatro.- Laguna Merecurito. Sin historia, sólo sabemos por información de una
anciana, que pudo disfrutar muchacha de su sombra, del lugar donde estaba el
árbol de merecurito que le dio nombre a la laguna y luego al Barrio.
LOS
HUMEDALES POR FALLECER, ¿o por salvar?:
Uno.- El llamado Manantial Los Placeres, que suplió del líquido vital agua a la
ciudad desde la construcción de la caja de agua en 1945; hasta que el ya
cristalino chorro no fue suficiente para la crecida población, es que en
el año 1965-66 le conectaron una tubería desde la propia Represa. Una veintena
de años. Pero ya por miles de años Dios nos había obsequiado su fuerza vital
través de sus límpidas aguas. El calaboceño le pagó con una tapia que hoy
podemos observar en un patio vacío en el Barrio Merecurito, en los terrenos del
extinto INOS.
Dos y
tres.- Las Lagunas del Ique.
Privatizadas. Como si se pudiera vender al mejor postor un bien público, como
una calle, una plaza, o un río, las corruptas autoridades municipales vendieron
estos hermosos humedales. Informa la gente que tras las infranqueables paredes
han hecho serios intentos por tapiarlas. Desde la fisgona mirada satelital
podemos ver que aún sobreviven... ¿hacemos algo por ellas, o no?
Cuatro.- Humedal sin nombre. Es cuando el olvido tiene el rojo color de la muerte.
Detrás del abandonado Hotel El Castillo está este Humedal. En esta
instalaciones han instalado un lavado de autos, los que lavan sus carros en
este precario negocio tienen el dudoso honor de lavar sus carros con las aguas
más potables por lo límpida y cristalinas de estos contornos.
Zona de los
archivos adjuntos
No hay comentarios:
Publicar un comentario