XVI ENCUENTRO DE
CRONISTAS E HISTORIADORES DE VENEZUELA EN CALABOZO 2022
DON JOSÉ RAMÓN GARCÍA: MEDIO SIGLO DE
CALABOCEÑIDAD
Adolfo Rodríguez
AquEl 7 de
marzo de 1858 fue de consternación en la Villa de Todos los Santos de Calabozo
y más allá. Ha muerto don José Ramón García Ramos. El cadáver, acomodado con el
debido “aseo”, como recomienda en lo testado, “decentemente” para los “oficios
cantados”, había sido propietario de incontables inmuebles urbanos, tierras y
ganados, empresas y servicios cívicos y religiosos, amén de testigo excepcional
de sucesos que habían sesgado ya, varias veces, los rumbos de la naciente
patria.
Contaba
cinco años de edad (*) cuando el barón de Humboldt visita la región (1800) y,
casi veinte (1814), cuando irrumpe la más desbordada conflagración desatada en
el país, bajo la égida de aquel catire que, mucho conocía, como para que uno de
los García (Santiago, su padre)
ingresase a la leyenda como quien logra su libertad comprándola con la cantidad
de oro equivalente a su peso. Más la muerte de un hermano donde cae
también rendido el insaciable caudillo
(Urica). Su tío político Juancho Mendoza refiere acerca de la casa “buena de bahareque y palma” que le
incendiaron “las tropas de Boves y .la “destrucción total de su caudal” por
causa de “la Revolución y las vicisitudes”, que apenas le dejan quince reses, mientras otras “se le mal
murieron y se perdieron por andarlas escondiendo y cambiándolas de lugar”.
El profesor
Ubaldo Ruiz considera que el joven José
Ramón se refugia en los valles de Aragua, en tal época. Aunque yo me pregunto
si acaso no es aquel Ramón García que figura, por los alrededores, combatiendo
a favor de la Independencia (**). Parientes suyos forman parte de esas familias
que, casi íntegramente, se suman a favor
de la República (***).
Cuando esta
surja con el nombre de Venezuela en 1830, quizá el primo y cuñado Sacramento
García Ramos aún fuese alcalde como lo era dos años antes.
Dice Ruiz
que “en 1827 comienza a figurar don José Ramón García como Regidor Segundo del
Cabildo de Calabozo”.
Más o menos
la fecha en que recibe la parte de herencia por fallecimiento de su padre y se
dispara o repunta ese poder que lo convierte en una leyenda en la historia
socio económica de ,y medio de plata y treinta y tres cabezas de ganado, de
todas las edades, tres mulas mansas, dos caballos mansos, cuatro yeguas y un
derecho de tierra en las isla de “Apurito”, otro en la isla de Achaguas,
nombrada la “Yagüita” y “Mata Oscura” y en “Antonperez”, más cuanto le toca por
la parte materna como consta en cartilla.
El 1 de
Enero de 1830 la municipalidad de
Calabozo se adhiere a los pronunciamientos de Caracas, Valencia y Victoria, que
desconocen la autoridad del Libertador de Colombia y aprueban la constitución
de Venezuela en Estado Soberano e Independiente:
"Nosotros,
unos rudos pastores no figuramos en el teatro de la política; no estudiamos los
profundos principios de las ciencias, si no que seguimos el impulso siempre
recto de la naturaleza, no conocemos el resorte de la mejor organización
social" Sin embargo juzgan el Consejo, el Gobierno y la Convención
"criaturas degradadas del General Bolívar", quien "con el desprendimiento y la libertad siempre en
los labios, nada ha querido tanto como su engrandecimiento y nuestra esclavitud".
José Ramón y otros miembros de la familia García suscriben tal documento.
En 1835,
según su testamento, el Arzobispo de Caracas, Dr. Ramón Ignacio Méndez. lo
designa mayordomo de la fábrica y la imagen de Nuestra Señora del Carmen,
emprendiendo así, con gusto, él y su esposa, tal encargo.
1838 es
decisivo para la historia de la educación media en Venezuela. El Ejecutivo
funda la Dirección de Instrucción Pública, dependiente del Ministerio de
Interior y Justicia y encomienda al sabio José María Vargas para dirigirla. De
manera tal que el Presidente, muy aquerenciado con la región, decreta el día de
su cumpleaños, 13 de Junio de 1839, el Colegio Nacional de Calabozo,
considerando "uno de los más sagrados deberes del gobierno promover por
todos los medios posibles la instrucción pública, como base de la prosperidad
futura de la República y objeto recomendado especialmente por las Leyes";
porque "la población y extensión de la Provincia de Caracas requieren que
se aumente el número de establecimientos de enseñanza"; porque "el
cantón de Calabozo es uno de los puntos más adecuados para establecer un
colegio por su salubridad y población"; porque siendo limítrofe con la
Provincia de Apure y "careciendo ésta, por ahora, de medios para establecimientos
de enseñanza pública, puedan a menor costo, recibir su educación, y difundir en
aquellos apartados lugares la ilustración tan necesaria a la estabilidad de los
gobiernos representativos. Y finalmente porque "el Poder Ejecutivo está
autorizado para aplicar al establecimiento de colegios en esta provincia los
bienes de los extinguidos conventos en esta ciudad". Fueron recaudados 382
pesos para el alquiler del local, de los cuales Miguel Palacio y don Ramón
García, con los montos más altos aportados: 30 pesos cada uno.
El 12 de
enero de 1839 los vecinos Martí, López, Juan Bautista Márquez, Rubio, Chirinos,
Miguel P. Pitaluga (en nombre de su padre), N. y M. Palacios, Simón Páez (que
representa a Estevan Pérez), don José Ramón, Hurtado, Fernando Domínguez, Sixto
Brizuela y José Mirabal, acuerdan sufragar un sobresueldo de 800 pesos durante
un año para el Rector y 350 para el vicerrector.
Son tiempos
de intrigas, particularmente entre el jefe político del cantón Antonio Abreu y
el Juez de la Circunscripción Benito Martí, a quien juzgan interino. S apunta
que el juez en propiedad es Rafael Agostini, quien no ha asumido por hallarse
en Guayana y el Gobernador de la Provincia
designa a Martí, sin que aquel renuncie, La ciudad se vio escandalizada
por este suceso. La mayoría de las personas representativas del lugar rechazan
a Martí, entre otros Miguel y Fernando Coucin, Francisco Delgado, Pedro Juan y
Andrés Mugica, Paulo Camacho, Pedro Sanojo, Sixto y Bernardo Brizuela,
Cipriano, José Lorenzo y Paulo E. Llamozas, José Francisco Hurtado, Miguel
Palacio, José Ramón García, Diego
Parparcén, Domingo Polanco, Felipe Carrillo, etc.
Un remitido
calzado con las iniciales A. G., por El Liberal 525 del 11 de enero de 1845
comunica la apertura del Colegio de Calabozo. Una numerosa concurrencia plena
la Santa Iglesia Parroquial "para solemnizar el acto" y un grupo de
señoras, señoritas y señores patrocinan la publicación de cien ejemplares del
discurso pronunciado por el rector Fombona. A saber: Rita Alfonzo de Palacio,
Rita Camacho de Cousin, Josefa García de Mirabal, Eugenia Camero de Cousin,
Trinidad Delgado de González, Trinidad Palacio, Emperatriz Mirabal, Juana
Llamozas, Rita Rodríguez, Ana Llamozas,
Lic. Hurtado, Lic. Pedro González Peña, R. y M. Palacio, Francisco,
Pedro y Luis Rodríguez, Antonio Abreu, Fernando y Miguel Cousin, Juan Bautista
Guzmán, Paulo E. y Cipriano Llamozas,
Pedro Juan Mujica, Antonio Gutiérrez, Juan Bautista Briceño, Vicente
Azopardo, Ramón García, Luis y Pedro Rodríguez, Jacobo María Chirino, Dr. Francisco
Delgado, Genaro Torres, Luis González, Manuel Burgos y Joaquín Goicochea.
Cuatro columnas y media en dicho tabloide, del cual Fombona es colaborador,
pues el 30 de enero anterior había publicado su poema a Bolívar, en octubre
otro a Soublette y el 10 de enero, siendo ya rector, un anatema contra Antonio
Leocadio Guzmán lo ubica, incontestablemente, en el paecismo.
Ubaldo Ruiz
escribe que habiendo don José Ramón invertido “gran parte de su fortuna” en la
edificación de la Iglesia del Carmen, informa en 1845 la culminación del
templo, que se pone en funcionamiento el 19 de abril de 1846 y es colocada la
imagen de la virgen, que aún “puede ser admirada por las personas que visiten
la iglesia. Agregando que ”Una vez finalizada la construcción de la iglesia del
Carmen, el propio José Ramón García solicita la Arzobispo el nombramiento de un
capellán” E, inicialmente, se nombra al sacerdote Juan Pablo Robainas, quien,
al parecer, no se posesiona. Don José Ramón encareciendo la necesidad de “tener
Capellán para que la Iglesia no esté abandonada” y es designado al joven
sacerdote Martín O. Windevoxhel, el 28 de noviembre de 1848. Comentando Ruiz
que “Gracias a la devoción, los recursos y el trabajo de las familias Montiel,
Armada y García, hoy cuenta Calabozo con uno de los más hermosos ejemplos de la
arquitectura de fines del siglo XVIII y principios del XIX que existen en
Venezuela: la iglesia de Nuestra Señora del Carmen”.
Año en que
el poder político lo detenta Miguel Palacio, José M. Hurtado, Cipriano Llamozas
(agente del periódico El Republicano), Francisco Rodríguez, don José Ramón,
Jacinto Camacho y Benito Martí. Este último uno de los representantes ante la
Diputación Provincial de Caracas, junto con Palacio y otro guariqueño más.
Controlaban
los asuntos de la economía, la política y, por lo visto, la religión. Por lo
cual, esa misma agrupación se permite el 24 de abril de 1852, dirigirse al
Arzobispado de Caracas solicitando la remoción del cura Pedro Pablo Sarmiento.
Y el mismo todopoderoso don José Ramón García escribe calificándolo de
"cura absolutamente ignorante, hasta el caso de parecer ridículo en el
púlpito, un cura que da bailes en su casa, un cura que juega carnaval con el
sexo contrario, un cura en fin, que se entrega a la vida del mundo, olvidándose
del recogimiento que prescribe su estado..." García recomienda a Campos o a Morati. (Arch.
Arz. de Caracas). Al cura Sarmiento se le ordenó comparecer ante el Seminario
Tridentino, porque examinado fue descubierto que no sabía "ni leer el
latín". Se le acusó de irregular por "defecto de ciencia, de
vocación, de probidad, de recta
intención, de costumbres y de lenidad".
Un año
antes, contando 56, don José Ramón dicta su testamento (2 de abril de 1851),
recién casado con Eleana García, segunda
esposa (1850), meses después de enviudar de Josefa Saturnina González (1949),
con quien había procreado 25 hijos.
Testimonio
aquél por el cual anula y revoca “todo apunte o documento que haya antes
formalizado, como así mismo cualquier otra disposición testamentaria que
hubiere hecho de palabra o por escrito. Esmerado, puntual y clarificatorio a
los fines de la distribución equitativa de bienes, vacas parides, reses de
todas las edades, bestias caballares, mulares y asnares, administración de
canastillas. Y las numerosas casas: dos en la Misión de Abajo, que él mismo
construyó: la que está frente a su residencia, casa grande de la familia en la
ciudad, la de la escuela de niñas, la que ocupa su tienda en sociedad con Luis
González, bajo la razón de García y González, probablemente en la calle
“Roscio”; la de esquina de armadura del barrio el Carmen, la inmediata de lomo
de perro, la siguiente, más la que está en la otra esquina, la última a la
vuelta. Un total de 21 criados (esclavos
y manumisos), grandes extensiones de tierra, donde ha fundado tres hatos
(“Tigritos”, “Belén”, “Charco Azul”), con sus majadas, corrales, corralejas,
conucos, tapices (4) y queseras (6), amén de otros derechos siempre mensurados
en leguas, en Guayabal, Antón Pérez, Arichuna, Achaguas. Un 24 mil reses. Qué
le corresponde como de su exclusiva propiedad y cuáles de su esposa..
Dice de las
facultades especiales recibidas de la justicia
superior eclesiástica para que los fondos de las Hermanas del Carmen que
se asienten, tributos y limosnas, los administre en función del aseo de la
Virgen y su templo. Relación de los. Cerrando con un clamor por la unión entre
sus hijos y para que esquiven todo pleito que se les presente por pequeño que
sea, acogiéndose a la tutoría de la Santísima Trinidad y a la piedad y protección de la Virgen del
Carmen.
Como
albaceas, curador, tutor y partidores (su sobrino Daniel Mendoza, ya famoso
escritor y los hijos Pedro María y José Ramón, suplidos (en caso necesario) por
José Francisco, Juan Olivares y Juan Mosqueda.
El codicilo
del 22 de agosto de 1855 refiere sobre la administración del Hato Altagracia,
adquirido por la Casa García y González; una tejería, otros derechos, otras
casas y solares, que él fabrica, canastillas, bienes entregados, etc.
Dictado,
días antes de la introducción en Guárico de la imprenta y edición del primer
periódico en la región (La Gaceta del Guárico), cuyo primer número es del 1 de
junio de 1856 y el editor es el Juez del Circuito, licenciado José Lorenzo
Llamozas. Tiempo de inquinas bajo el gobierno anti-paecista y de repunte del
abigeato que obliga a los ganaderos a constituirse en Sociedad de Criadores,
bajo la dirección de José Ramón García, Mendoza en la secretaría,
vicepresidencia de Luis Rodríguez, Secretaría Accidental de Joaquín Uzelay y
tesorería a cargo de Luis González. Socios adjuntos: Luis María Rodríguez,
Jacinto Camacho, Francisco Rodríguez, Francisco Mier y Terán, Alejandro
Rodríguez, Bruno Viana, F. Vautrai,
Pedro Advíncula Unceín, Francisco Elías Hurtado, Andrés Romero, el cura
Morati, Pedro R. Delgado, Manuel Vicente, Fernando y Pedro Cousin, José F.
García, Diego Fernández García, Paulino Abreu, Ramón y Miguel Palacio, Francisco Quintana Payares,
Ramón Pitaluga y Marcos Quintana, quienes informan acerca de la crisis que
azota la industria ganadera: pestes, revoluciones y el "degüello de las
reses en las sabanas".
El 16 de
junio se dirigen al Presidente de la República:
-Los
criadores lamentamos un mal. Buscamos un remedio. No es nuestra la culpa de que
haya ladrones en el Guárico que han hecho del robo una industria diabólica.
Por todo lo
cual disminuye la hierra y asciende el
valor del ganado en pie y del queso en los mercados de consumo.
-Qué ha sido
de aquellos numerosos rebaños, a que en
otro tiempo casi venían estrechas nuestras sabanas?
El Secretario del Interior promete la creación
de campos volantes y la resolución del 21 de agosto lo acuerda: diez o doce
hombres "montados i armados que será elegidos por la Gobernación y sus
jefes, de acuerdo con los criadores que sostendrán y proporcionarán
caballería" (Diario de Avisos 177
del 20-8-1856; AGN, DLXXXVII, f. 395; DCCI, f. 115).
Los
detenidos son gente sencilla: “un poco de sebo hallado en un allanamiento, un
llanero sobre un caballo con un hierro que no es el suyo, otro que es delatado”.
Pero otra materia ocupa al diario
caraqueño "El Foro" bajo el título "Cuestión Religiosa en
Calabozo" en larguísimo remitido que
da cuenta de aquella prolongada querella con el cura Sarmiento. Este ha
logrado su reposición como cura de la parroquia y el traslado del padre Pedro
Morati hacia Guarenas y abandonaba a fines de 1857 la ciudad. Se acusa a
Sarmiento de intrigas contra Morati, a quien tilda "ora de oligarca, ora
de anarquista", "ora que está comprometido en la revolución (será de
moscas)" e inculpándolo incluso de un atentado contra del gobernador Hurtado. Morati es despedido
con imprecación en el templo de La Merced y el 8 y el 25 de diciembre de 1857,
se pronuncian para que no se vaya, entre otros, Diego Fernández García, J. R.
García, Daniel Mendoza, los Rodríguez
(Luis, Pedro, Juan Bautista, Luis María,
Francisco, Manuel Pío, Rafael,
Vicente, Santiago, Francisco de Paula ),
Fermín Lucio Alemán, Francisco de P. Izquierdo, Hilario Pérez, Félix Carías,
los Palacios (Ramón J., Miguel, Ramón M.), Antonio Eduardo, Juan Bautista
Mondragón, Jacinto Camacho, José María Ascanio, Joaquín Ucelai, Miguel Romero,
Bernardo Cuello, Ángel María Moreno, Francisco Mier y Terán, Leocadio Leal,
Juan Barreto, Luis González, P P y P. A. Unceín, Rafael Pitaluga, Luis María y
Rafael Viso, Enrique Hülsen, Pedro Sanojo, Tomás Antonio y Carmelo Domínguez,
Pedro Veroes, Paulo E. Llamozas, los miembros de la congregación religiosa
destinada al fomento del culto de Nuestra Señora de la Caridad: Eugenio Ponce,
Julián Toledo, José Trinidad Hurtado, Pedro M. Veroes, etc.
Las
acusaciones contra Sarmiento vienen suscritas en el Foro del 9.1.1858 bajo el
anónimo "Muchos calaboceños", inculpándolo de ejercer el sacerdocio
estando suspendido "por inepto, llegando su incapacidad hasta el punto de
no saber el latín...los trabucazos al piadoso propietario Ramón García; por
haber salido (dicho cura) disfrazado de máscaras y vestido de mujer con una
gran barriga, por las calles; por haber puesto y dirigido todas las
carnestolendas en su misma casa", "ignora el ceremonial de
"resitationes pastorale...no administra los enfermos, no reza el Oficio
divino, no predica, ha sustraído y roto varios documentos de los libros de
gobierno de la parroquia y de la Merced",
que, con sus hermanos, escribe "pasquines obscenos contra las
familias de Calabozo" e impide que el Arzobispo visite la ciudad
"porque sus habitantes siendo oligarcas, enemigos del gobierno, no lo
recibirían bien".
El codicilo
del 14 de enero de 1858, al testamento, resultó “después de varias
meditaciones” y dice de la compra del hato Venegas, de “La Guacimita”
perteneciente a su esposa, ratificaciones y cambios en cuanto a partidores
designados. Mantiene a Mendoza, incluye a uno de sus yernos Pitaluga y a sus
hijos Pedro y Rafael: suplentes Pedro Sanojo, Joaquín Uzelay, Francisco y José
Ramón. Acercad de bienes adquiridos durante su nuevo matrimonio: compra de
animales para los hatos Altagracia, San Antonio y Venegas; becerros que hierra anualmente, el caballo rucio que
dispuso su yerno Pedro Rodríguez sin su consentimiento: e la casa de comercio y
su costumbre “a no guardar dinero”.
Días después
fallece, el 7 de marzo, previo a la caída del presidente al cual tanto había
adversado. Se cumplen sus deseos expuestos en su testamento de 1851 y es
inhumado en el cementerio general de la ciudad y, sus restos trasladados, a
posteriori, al piso del altar de la iglesia a la que había dedicado toda su
devoción, como se estampó en epitafio. “Consagró una parte de su fortuna al
sostenimiento del culto, que formaba las mayores delicias de su corazón, Su
nombre se asociará siempre a todos los sacrificios que en este templo se
ofrezcan y a todas las oraciones que desde él se dirigen al cielo”.
NOTAS
(*) Escribe
Ruiz que “Don José Ramón García vino al mundo en Calabozo, en el año de 1795
–la fuente hasta ahora disponible es la lápida de su tumba ubicada en el altar
de la iglesia del Carmen, en donde se puede leer que nació el 15 de abril de
1795- siendo hijo legítimo de don José Santiago García y Requena, natural del
pueblo de Santa Catalina de Siena de Parapara, y de doña Antonia del Carmen
Ramos y García, oriunda de la Villa de Todos los Santos de Calabozo. Fue el
segundo de un total de trece hermanos”.
(**) Me
pregunto si este teniente Ramón García con quien manda Bolívar desde San Pablo
el 3 de marzo de 1818 una orden al Teniente de Justicia del Calvario para que
reúna, gente, bestias y ganado y los remita a la Laja, ¿era José Ramón García
Ramos? Quizá uno de los subalternos que acompañan a Bolívar por tierras donde
García sería gran propietario. Exactamente Guayabal, donde Hermenegildo Mujica,
emparentado con García, bate un escuadrón realista días antes. Un año después será el primer matrimonio de
don José Ramón, en San Nicolás de Bari de El Rastro (Viso G., L. E. algunas
familias de San Luis de Cura y la Villa de todos los Santos de Calabozo,
internet).
(***) Véase
Rodríguez, Adolfo. “El clan orticeño que fundó la República en Calabozo”, en la
revista “Fuego Cotidiano”, junio 2021. (internet).
FUENTES CONSULTADAS
GARCÍA, José Ramón. Testamento
(Copia exacta de sus originales, que con pulso y pedimento verbl de parte interesada en diez fojas útiñes. , n
Calabozo a primeros de noviembre de 1873, El Registrador Miguel Cousin).
RODRÍGUEZ, Adolfo. Calabozo:
Siglo XIX. San Juan de los Morros: ediciones del rectorado de la Unerg, 2006.
RODRÍGUEZ, Adolfo. Daniel
Mendoza: vida, obra y tormentos de un escritor venezolano del siglo XIX”
(inédito).
RUIZ, Ubaldo. Don José Ramón
García y su ejemplar espíritu emprendedor (mimeografiado, bondad del autor)-
RUIZ, Ubaldo. Nuestra Señora del
Carmen de Calabozo: el Templo de las Tres Familias. (mimeografiado, bondad del
autor
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