lunes, 19 de abril de 2021

Calabozo y El 19 de abril de 1810 , por Luis Eduardo Viso

 *Calabozo y El 19 de abril de 1810 , por Luis Eduardo Viso


 El Presbitero Julian Llamozas , en su escrito "Acontecimientos Políticos de Calabozo", ofrece importante información de lo ocurrido en esta Villa:

                “Pronunciada la capital de Caracas el 19 de abril de 1810, llego velozmente la noticia a esta plaza (Calabozo) estando encargado del mando de ella, como Teniente de Justicia Mayor, el Alférez Joaquín Delgado , quien dio al pueblo una alocución patriótica, por la cual todos contentos se regocijaron con públicas demostraciones de júbilo por la transformación del gobierno. A poco tiempo se hicieron las elecciones de representantes para el Congreso Constituyente, con el mayor entusiasmo de estos habitantes.

Declarada la Independencia en la capital, la celebraron estos vecinos con los europeos y canarios residentes aquí con bailes músicas, iluminaciones generales, geroglíficos alusivos a la ostentación del acto y otros aparatos públicos, distinguiéndose en los costos y en entusiasmo de la jura, José Marcelino Velázquez, de doce años, hijo de *Antonio Velázquez* , natural de Canarias. "


 Veamos quienes fueron los vecinos de Calabozo mencionados por Llamozas:


 El Alférez Real. Joseph Joaquín Delgado y Silva, Teniente de Justicia Mayor, Prócer de La Independencia, nacido en Calabozo, herido en Mosquiteros,  falleció  el 17 de octubre 1813, tres días después del combate, hijo legítimo  del Alférez  Joseph Francisco Delgado y Alvarez , nacido en Villa de Cura,  el 17 de febrero 1725, casado el 10 de enero 1763 en la Iglesia de Todos Los Santos de Calabozo, con su prima Antonia Silveria de Silva y Alvarez.

 El Alférez Joaquín Delgado, casó  el 5 de agosto 1800 en la  Iglesia de Todos los Santos de Calabozo, con Doña Feliciana de la Candelaria Araña y Sosa , hija legítima de Don Juan de Araña y Borges y Doña Antonia Elena de Sosa y Espinoza de Los Monteros .  Fueron padres  de :


 Josefa Bonifacia de Jesús del Carmen Delgado y Araña, nacida el 14 de mayo 1802 en Calabozo, bautizada el 23 de mayo 1802 en la Iglesia Parroquial de Todos Los Santos de Calabozo

La participación de Don Joaquín en la causa patriótica, ocasionaron a los descendientes  de Don Juan de Araña  y Orta , el decomiso  del Hato Pionero del Apure,  “La Candelaria  Arañera"(*), heredado por Doña Feliciana de la Candelaria Araña y Sosa, y otros parientes.

 El artífice de la expropiación, seguramente  fue el  apasionado defensor de la causa realista, Don Joseph Joaquín de Goicoechea, en su condición de   Juez de Secuestros en La Villa de Todos Los Santos de Calabozo.

El joven Joseph Marcelino de Jesús Velázquez y Ginori, Prócer de La Independencia, nacido el 1 de junio 1798 en Calabozo, bautizado el 9 de junio 1798 en la Iglesia de Todos Los Santos de Calabozo, hijo legítimo de Don Antonio José Velázquez y Melo, también Prócer de la Independencia, nacido en  Casillas del Angel, Isla de Fuerteventura, Fallecido el 14 de octubre 1813, en la Batalla de Mosquiteros, casado el 22 de octubre 1789 en la Iglesia de Todos Los Santos de Calabozo, con María Ramona Ginori y Rodríguez de Santiago, nacida en Calabozo, hija legítima  de Don Domingo Ginori y Viera y Doña  Manuela Thadea Rodríguez de Santiago y Ledesma .

 Marcelino de Jesús Velázquez, muerto su padre, siendo aún adolescente, se incorpora al ejercito del General José Antonio Páez en la otra banda del río Apure. Debió morir luchando en algún combate.

Muchos fueron los olvidados e ignorados Próceres calaboceños, algunos con progenie aún presente en éste pueblo llanero.  Los aquí presentados, son sólo una pequeña muestra de ellos. 

La ventolera de los tiempos,  la falta de investigación,  los han hecho permanecer en el anonimato. No es posible que hoy día, ninguna calle, plaza, barrio, escuela o avenida, sea  honrada  con el nombre de algún calaboceño  que arriesgó y hasta perdió su vida por la Libertad.

Sirvan éstas breves líneas para que nuestros jóvenes, tomen conciencia, de lo que significa y representa Libertaď.

Calabozo, 19 de abril de 2021.

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(*) El Hato Pionero de Apure,  “La Candelaria  Arañera", fundado por vecinos de Calabozo, fue el lugar donde Don Rómulo Gallegos desarrolla las Novelas  Doña Bárbara y Cantaclaro.

sábado, 10 de abril de 2021

EL GRUPO DE HISTORIA REGIONAL Y LOCAL “EFRAÍN HURTADO DE CALABOZO”, Acuerdo de duelo por la desaparición fisica de Monseñor HELÍMENAS DE JESÚS ROJO PAREDES

  EL GRUPO DE HISTORIA REGIONAL Y LOCAL “EFRAÍN HURTADO DE CALABOZO”

 

CONSIDERANDO

    Que en la noche de ayer dejó de existir cristianamente en esta ciudad  Monseñor HELÍMENAS DE JESÚS ROJO PAREDES, séptimo Obispo de la Diócesis de Calabozo, primer Arzobispo de la Arquidiócesis de Calabozo y Arzobispo Emérito de la misma.

CONSIDERANDO

    Que la pérdida de tan importante prelado enluta numerosos hogares merideños, a todo el clero y a toda la feligresía de la Arquidiócesis de Calabozo.

CONSIDERANDO

    Que Monseñor HELÍMENAS DE JESÚS ROJO PAREDES se  distinguió por su gran colaboración en todas las actividades públicas y privadas promovidas por nuestro Grupo desde el inicio de sus actividades de investigación y divulgación del conocimiento histórico de la ciudad y de la región llanera.

CONSIDERANDO

    Que para el GRUPO DE HISTORIA, su muerte constituye una pérdida irreparable, por todo lo positivo que le aportó durante su existencia, y por la gran obra eclesial realizada en el ejercicio de sus funciones, como Obispo primero y luego como Arzobispo de la Arquidiócesis, destacándose por su fe, generando ideas, proyectos e iniciativas de gran proyección social y conformando un verdadero y trascendente espíritu de civilidad.

     ACUERDA:

1.- Declarar en su honor tres días de duelo en nuestra Institución.

2.- Hacer llegar el presente acuerdo a sus familiares,  y a todo el Clero y feligresía de la Arquidiócesis  por intermedio del Arzobispo Manuel Felipe Díaz Sánchez.

3.- Hacer acto de presencia en sus exequias y hacer público el presente acuerdo en honor a su memoria.


Calabozo, 9 de abril  de 2021.


LA JUNTA DIRECTIVA



ATENEO DE CALABOZO, acuerdo de duelo por la desaparizacion fisica de Monseñor HELÍMENAS DE JESÚS ROJO PAREDES

 ATENEO DE CALABOZO

     La Junta Directiva y los Miembros Activos del ATENEO DE CALABOZO, 

CONSIDERANDO

    Que en la noche de ayer dejó de existir cristianamente en esta ciudad  Monseñor HELÍMENAS DE JESÚS ROJO PAREDES, séptimo Obispo de la Diócesis de Calabozo, primer Arzobispo de la Arquidiócesis de Calabozo y Arzobispo Emérito de la misma.

CONSIDERANDO

    Que la pérdida de tan importante prelado enluta numerosos hogares merideños, a todo el clero y a toda la feligresía de la Arquidiócesis de Calabozo.

CONSIDERANDO

    Que Monseñor HELÍMENAS DE JESÚS ROJO PAREDES fue miembro fundador del ATENEO DE CALABOZO donde se  distinguió por su gran colaboración en todas las actividades públicas y privadas promovidas por la institución desde el primer momento de la firma de su acta constitutiva.

CONSIDERANDO

    Que para el ATENEO DE CALABOZO, del cual fue miembro, su muerte constituye una pérdida irreparable, por todo lo positivo que le aportó durante su existencia, y por la gran obra eclesial realizada en el ejercicio de sus funciones, como Obispo primero y luego como Arzobispo de la Arquidiócesis, destacándose por su fe, generando ideas, proyectos e iniciativas de gran proyección social y conformando un verdadero y trascendente espíritu de civilidad.

     ACUERDA:

1.- Declarar en su honor tres días de duelo en nuestra Institución.

2.- Hacer llegar el presente acuerdo a sus familiares,  y a todo el Clero y feligresía de la Arquidiócesis  por intermedio del Arzobispo Manuel Felipe Díaz Sánchez.

3.- Hacer acto de presencia en sus exequias y hacer público el presente acuerdo en honor a su memoria. 



Calabozo, 9 de abril  de 2021.


LA JUNTA DIRECTIVA

viernes, 9 de abril de 2021

“MONSEÑOR HELÍMENAS ROJO PAREDES Y UN CAPÍTULO DE LA HISTORIA DE CALABOZO” Autor: Ubaldo Arturo Ruiz

 

“MONSEÑOR HELÍMENAS ROJO PAREDES Y UN CAPÍTULO DE LA HISTORIA DE CALABOZO” Autor: Ubaldo Ruiz


A la hora de revisar la dilatada historia de la Iglesia Católica en la ciudad de Calabozo, la actuación de Monseñor Helímenas Rojo Paredes constituirá a los ojos de los investigadores, sin ninguna duda, uno de los capítulos más significativos dentro del riquísimo conjunto de sucesos y procesos que han marcado la vida de esta comunidad. Aun considerando que la institución religiosa encabezada por el Pontífice romano ha sido uno de los elementos fundamentales del acontecer en la histórica Villa de Todos los Santos, sin cuya consideración sería imposible comprender la racionalidad mediante la cual ha llegado a ser lo que es hoy esta importante localidad de los Llanos venezolanos, la actividad de este Prelado resalta al lado de los más destacados miembros de la Iglesia que han actuado en el ámbito de la Diócesis calaboceña y su área de influencia.

Muchos de los acontecimientos que han tenido como marco geográfico a esta porción de tierra guariqueña han vestido los hábitos sacerdotales. Comenzando por los Frailes fundadores, tenaces en la tarea de establecer en este sitio una bien organizada Villa de españoles, pasando por los padres, cuyos esfuerzos resultaron esenciales para construir las iglesias que hoy adornan nuestro Patrimonio Histórico, hasta llegar a los Prelados que han encabezado la Diócesis calaboceña, una de las más antiguas de Venezuela, sin olvidar a aquellos religiosos, que desde otras latitudes influyeron con su actividad y sus palabras para que el Obispado se convirtiera en una realidad para la ciudad cabecera de los Llanos guariqueños, tal sería el caso del Arzobispo de Caracas, Monseñor Ignacio Fernández Peña, quien con su opinión favorable logró convertirse en el personaje decisivo para que el Congreso Nacional decretase la creación de la Diócesis de Calabozo el 04 de mayo de 1847.

El 26 de febrero de 1980 el papa Juan Pablo II nombró al sacerdote Helímenas de Jesús Rojo Paredes Obispo de la Diócesis de Calabozo, pero fue consagrado como tal el 26 de abril de aquel año, días más tarde arribó a esta ciudad para suceder a Monseñor Miguel Antonio Salas, quien había sido elevado al cargo de Arzobispo de la Arquidiócesis de Mérida, y de este modo se convirtió en el séptimo Obispo de los Llanos guariqueños. Venía el nuevo Obispo Rojo Paredes de desempeñar los cargos de superior provincial de los Padres Eudistas de Venezuela y de Director Nacional del Secretariado para las vocaciones, siendo estos los últimos de muchos que había ocupado dentro de la organización eclesiástica en el país antes de asumir como nuevo Obispo de Calabozo.

Monseñor Helímenas Rojo Paredes nació en Calderas, una pequeña población barinesa enclavada en las estribaciones de la cordillera de Los Andes venezolanos. Estudió la Primaria en la localidad de Niquitao, estado Trujillo, en donde tuvo como maestro a don José Concepción García Márquez, a quienes sus alumnos conocían como “Don Concho”. Allí recibió la influencia de los Padres Eudistas, especialmente del padre oriundo de Francia, Jean Baptiste Cabaret. La Escuela también recibió la visita de Monseñor Acacio Chacón Guevara, Obispo de Mérida para la época. En 1940, a los catorce años, ingresó al Seminario Menor de los Padres Eudistas de La Grita, en donde conoció al padre Miguel Antonio Salas, nativo de aquella ciudad tachirense, a quien iba a suceder en el Obispado calaboceño muchos años después. El padre Salas, fue, de acuerdo a las propias palabras de Monseñor Rojo Paredes, “el primer Eudista de Venezuela”.

El seminarista Helímenas de Jesús Rojo Paredes fue ordenado sacerdote en Roma, el 08 de julio de 1950, por lo que este año es el aniversario número setenta de ese hecho. Posteriormente ocupó los cargos de maestro en los seminarios de San Cristóbal, Maracaibo y Caracas, actividad que lo satisfacía, ya que ha sido una persona inclinada a favorecer la labor docente, razón por la cual constantemente la ha intentado auspiciar desde todas las posiciones en las que le ha correspondido actuar, tal como lo demostró en Calabozo y otras localidades guariqueñas durante su labor como Obispo y Arzobispo. Ejerció como Rector del Seminario Menor de los Padres Eudistas en La Grita. En 1960 fue nombrado Rector del Seminario Mayor y Menor Interdiocesano de Caracas. Posteriormente, cuando estas instituciones se separaron en 1966, Rojo Paredes permaneció como Rector Menor de Caracas. Cursó estudios de Filosofía en el Escolasticado de la Congregación de los Padres Eudistas en Usaquén, y Teología en la Pontificia Universidad Gregoriana de Roma, allí se licenció en 1973.

Como quedó dicho, Monseñor Helímenas Rojo Paredes está celebrando también sus cuarenta años de haber sido ordenado Obispo de la Diócesis de Calabozo. En esta ciudad desplegó una intensa actividad dirigida esencialmente a desarrollar la labor docente mediante, por ejemplo, la creación de instituciones, como el Colegio Diocesano, hoy Arquidiocesano, “Monseñor Salustiano Crespo”. Mediante su intercesión también se establecieron en Calabozo el Instituto Pedagógico “Monseñor Arias”, IUPMA, para la formación de docentes. Esta institución en un momento determinado se convirtió en uno de los principales centros de formación docente en los Llanos, recibiendo en su sede de Calabozo a numerosos estudiantes procedentes de diversas localidades de los estados Guárico, Apure y Amazonas. También contribuyó Monseñor Rojo Paredes al establecimiento en nuestra ciudad de un núcleo del Colegio Universitario de Administración y Mercadeo CUAM, que ha servido para la juventud guariqueña como una excelente alternativa para los bachilleres que deseen emprender estudios en diversas áreas técnicas, y mediante un convenio con la Universidad “Simón Rodríguez”, poder completar los estudios de Técnico Superior Universitario, y egresar con la licenciatura o la ingeniería, según sea el caso.

Monseñor Helímenas Rojo Paredes también impulsó la creación en Calabozo de la segunda emisora de radiodifusión local, la llamada “Radio Venezolana”. Cuenta él mismo, que estando en la ciudad de Los Ángeles, California, durante una gira que realizó a los Estados Unidos y Canadá, se alojó en la casa de un amigo irlandés que residía en aquella localidad norteamericana, surgió la idea entonces de establecer una emisora radial en Calabozo, y el mencionado señor lo apoyó aportando la antena transmisora para que esa proyectada estación comenzara sus operaciones. La “Radio Venezolana”, creada a pocos meses de haber ocupado el cargo de Obispo de Calabozo convirtió a nuestra ciudad en la primera del estado Guárico en poseer dos emisoras de radio. Durante sus transmisiones, además de la programación regular de una emisora católica, con sus mensajes eclesiásticos, también cumplió una importante labor educativa. Muestra de ello fueron los cursos de bachillerato por radio que se emitieron durante muchos años a través de su señal. Más tarde, fueron creadas, como hermanas de la “Radio Venezolana”, que transmitía en Amplitud Modulada, dos emisoras más en frecuencia FM, que actualmente están en plena actividad.

Como se ha podido apreciar, Monseñor Helímenas Rojo Paredes también ha participado en el impulso de actividades culturales, y ello se corrobora al destacar que nuestro personaje fue miembro fundador del Ateneo de Calabozo, una de las principales instituciones culturales no solo de la ciudad sino incluso del estado Guárico. Fue miembro fundador, y como tal firmó el acta constitutiva del Ateneo el 16 de abril de 1982, acto que se efectuó en la sede del Colegio de Abogados de Calabozo. Pero no se conformó Monseñor con ser solo un integrante más, sino que puso a disposición de la nueva institución cultural calaboceña las instalaciones de la Diócesis para la realización de sus primeras actividades. Por ejemplo, la instalación de la Primera Junta Directiva del Ateneo de Calabozo se llevó a cabo en el Salón del Trono del Palacio Episcopal por iniciativa del Obispo, lo mismo que la realización de los primeros actos culturales del Ateneo, como su concierto inaugural con la agrupación “Solistas de Venezuela”, que en el mes de junio de 1982 presentó en la Catedral de Calabozo la “Cantata Escénica Berruecos”. De allí en adelante Monseñor Rojo Paredes siempre estuvo dispuesto a abrir las puertas de sus instalaciones para la presentación de las actividades del Ateneo, tanto de la Catedral, como de las demás iglesias de la Diócesis. Y esa actitud también la ha tenido para otras instituciones culturales, como las Orquestas que han conformado el núcleo Calabozo del Sistema Nacional de Orquestas, además de otras agrupaciones que han hecho vida cultural en el municipio.

Para 1980, año del nombramiento de Monseñor Helímenas Rojo Paredes como séptimo Obispo de la Diócesis de Calabozo, la jurisdicción de ella abarcaba todo el ámbito de los estados Guárico y Apure, excepto el antiguo distrito Páez de este último. Pero durante el transcurso de su ejercicio al frente del Obispado, y seguramente mediante su inspiración, la mencionada área fue dividida al crearse sucesivamente las Diócesis de San Fernando de Apure y Valle de la Pascua, segregadas de la Diócesis calaboceña. Pero el papa Juan Pablo II, considerando la antigüedad de la Diócesis de Calabozo, además de otras circunstancias que obraban a favor, lógicamente informadas por las autoridades eclesiásticas del país, en donde el Obispo de Calabozo ha debido ejercer un rol protagónico, creó el 16 de junio de 1995 la Provincia Eclesiástica de Venezuela, conformada por la nueva Arquidiócesis de Calabozo y las Diócesis Sufragáneas de San Fernando de Apure y Valle de la Pascua, y además se designó para que encabezara lo que en aquel momento constituyó la octava Provincia Eclesiástica de las nueve que hoy tiene el país a Monseñor Helímenas de Jesús Rojo Paredes como el primer Arzobispo de la Arquidiócesis de Calabozo.

Hoy, a 25 años de aquel acontecimiento es necesario expresar estas palabras de reconocimiento a Monseñor Helímenas Rojo Paredes, verdadero impulsor de aquellas actividades, y como tal protagonista principal de este capítulo de la historia de Calabozo.

Monseñor Helímenas Rojo Paredes, QEPD

 




miércoles, 7 de abril de 2021

*“LAS HUELLAS DE TUS PASOS”, DE ARÍSTIDES PARRA* *(VOZ VIEJA, VOZ NUEVA)* **Alberto Hernández**

 *Crónicas del Olvido* 


    *“LAS HUELLAS DE TUS PASOS”, DE ARÍSTIDES PARRA* 

 *(VOZ VIEJA, VOZ NUEVA)* 


**Alberto Hernández**


 *Arístides Parra* es un poeta que bebe en el pasado, pero a la vez renueva las imágenes de su pozo interior  en un presente donde el mundo está lleno de una humanidad opacada por el miedo. Antigua voz por el tesoro contenido n su espíritu. Por el sabor del vino entregado en odre curado con palabras. Nuevo porque los temas que lo han angustiado nunca pierden vigencia. Es poeta deun tiempo redivivo, apegado al paisaje de la tierra yerma que lo vio nacer, el llano, que para Parra es un espejismo. En él calza el destino de su escritura, confirmada en la frecuencia de los sueños, la muerte, la soledad. Tres constantes, tres permanencias en cada uno de sus poemas.

Poeta arraigado a sus orígenes, también vestido con la visión castiza de quien tiene en el buen castellano la misión de perpetuarlo.

Más allá de la forma, del esqueleto de la voz, el calaboceño Arístides Parra ha sido propietario de una manera de ocultarse entre la maleza de su silencio. Silencio que también es palabra torneada para decir de ese paisaje que no lo abandona, pero también lugar para el humano ser, desestimado unas veces, aligerado otras.

En nota para presentar “La huella multiforme”, Pascual Venegas Filardo afirmó que ´el octosílabo en la poesía de Arístides Parra cobra un marcado acento nativista, y así, tal vez, la huella lejana que Antonio Machado pudiera haber dejado en el poeta, o los suaves matices de las canciones primaverales de Juan ramón Jiménez…” Venegas Filardo lo emparienta con García Lorca, con toda razón, lo que confirma que Parra abrevó en la poesía española de los siglos XIX y XX. Por supuesto, no deja de decir el presentador que el poeta de Calabozo bebió de la copla llanera, la que aparece y desaparece en la rica fronda de quien hizo de la forma un estado del alma, la cual encuentra vigor en los temas arriba señalados, para concebir un fondo en el que el espíritu del poeta venezolano encontró lugar.

Por eso no sólo la forma acerca a Parra a la poesía española, la dada a la recitación más que a la reflexión. La más sencilla, pero a la vez destinada a crear otros instantes de la imaginación verbal. Arístides Parra encontró –un poco más atrás en el tiempo- filón en Jorge Manrique y Calderón de la Barca. Parte de la muerte que canta Parra está en el mismo sendero anímico de las ´Coplas a la muerte del maestro don Rodrigo´o ´Coplas a la muerte de su padre´, sin desestimar que la elegía albergue en ambos el tono preciso para confirmar la eternidad en la tierra. Y así, ´Camina la vida aprisa/ de muerte, el soplo efímero, el que sigue el curso hacia la mar´.

De Calderón, los sueños, la revelación, la sombra como materia que siempre acompaña: ´Mi sombra y yo llegamos a media noche al pueblo´. 

Dueño de una musicalidad cercana a la del Siglo de Oro, sopesada por la reflexión, Arístides Parra se nos muestra un tanto presocrático, un tanto socrático. El río de Heráclito se confunde con el de Jorge Manrique: la muerte flota en distintas corrientes, en un solo sitio –detenida-, también en movimiento hacia un multiplicado delta de silencios.

Esta capacidad para destacar el fondo del ser, arranca sonidos singulares en la poesía de Arístides Parra. Más allá, repito, de la simple afirmación nativista, encontramos en este arriero de versos, la vitalidad de una herencia, el vigor de un pasado que se hace presente cuando acudimos a la fuente de su origen. Parra es un poeta viejo por la cultura que ha almacenado en su forma de decir, pero es un poeta de estos días por la perspectiva que ha usado para imantar l fondo con temas universales como constantes para crear una asonancia cercana a los sonidos de la tierra, de esta tierra donde la poesía se ha liberado de las formas tradicionales. 

Por eso esta antología, para aquellos lectores que no hayan pasado sus ojos por la poesía de este hombre de carne y palabras, hijo de las calles de Calabozo, nacido en una casa del pueblo llanero que no lo conoce y que quiere verse en las imágenes recurrentemente gustosas y revelarse en este mundo donde no falta el aliento de Francisco Lazo Martí.

Por eso esta antología: servirá de motivación a otros que puedan ampliarla y hacerla más apegada al calor de la tierra nativa y universal.

Voz nueva, voz vieja, una fórmula para saber que el paisaje acumula los temas, los hace más ricos en la medida en que quien lo trabaja haya transitado la rica poesía española, madre de los sonidos de este llano, madre de los pálpitos interiores de un país cuyo horizonte marca el infinito de la imaginación. 


De su poética, he aquí este texto que sintetiza lo dicho anteriormente:


“Decapito el ave que sueño,

lo desplumo,

lo desalo,

le abro el pecho,

le extraigo el corazón, palpitante

me lo pongo en la palma de la mano, iridiscente como gota de rocío

le da luz a la tarde, 

a la mirada de los enamorados,

atrae las mariposas

escapadas de las orugas del cielo

y refleja a Dios entre las nubes

envejecido de eternidad.


Después del acto 

queda el poema:

penetra la noche

la densidad del tiempo

con su elocuencia

de sueño descrito

con rumorosas letras del silencio”

(El poema)


Para el lector de nuevo de Arístides Parra , sobre todo el que acude al paisanaje de los sonidos, , queda el apego a quien desde hace muchas décadas le canta  a Calabozo y al mundo desde el silencio de todos los sueños.


 *(Prólogo a “Las huellas de tus pasos”, antología publicada por el Ateneo de Calabozo, colección Escampos , con el patrocinio del Conac. Impreso en Maracay, en febrero de 2005).*